La sandía es uno de los frutos de mayor tamaño, puede medir 30 centímetros de diámetro y alcanzar hasta los 20 kilos de peso, es una de las frutas con mayor contenido en agua, casi el 90%, por lo que es muy baja en calorías. Son ricas en Vitamina A y C, Vitaminas del grupo B y rica en magnesio; el estado de Sonora es el mayor productor de sandía a nivel nacional, aporta el 22.7 por ciento del valor de la producción.
Esta fruta, proveniente de un arbusto de poca altura, es conocida también como melón de agua por su parentesco con esta fruta, así como del pepino. Es de pulpa carnosa, de textura acuosa y refrescante, con un tono rojo intenso por un antioxidante llamado licopeno, pero dependiendo de su variedad puede ser rosada, amarilla o anaranjada.
Para saber cuándo la sandía ha alcanzado su punto óptimo de maduración se deberá golpear su superficie con los dedos; si emite un sonido hueco indica que la fruta está llena de agua y en el punto justo para ser consumida.
A la hora de elegirla en el mercado o tienda de autoservicio es importante tomar en cuenta los siguientes aspectos:
- El peso. No importa el tamaño; una sandía tanto pequeña como grande debe sentirse pesada; a la hora de elegir entre varias opciones, se debe optar por la que pese más; ya que será la más jugosa.
- Look apagado. La sandia más brillante es la que NO se debe escoger; es mejor optar por la de apariencia opaca porque será la que esté en su punto.
- Marca amarilla. Se debe buscar una mancha amarilla en la superficie de la fruta; ésta debe ser de un color amarillo cremoso intenso; mientras más oscuro, la sandía será más dulce. Si está blanca o verdosa, es señal de que fue recolectada prematuramente, por lo que no será de buena calidad.
- En forma. La forma de una sandía deliciosa debe ser uniforme y simétrica. Abultamientos en la superficie indican que no creció como se suponía y eso afecta el sabor.
Además, es importante mencionar que las semillas de la sandía son muy beneficiosas, debido a que aportan muchos nutrientes al organismo; pues ayudan a mejorar la actividad intestinal, retrasa los signos de la edad y evita enfermedades como el párkinson y alzhéimer.
También tienen alto contenido en ácido fólico, contienen magnesio; su ingesta ayuda a la felicidad por que contienen serotonina, son un isotónico natural y cuidan al corazón.
Para eso, se deberán consumir en agua, poner 2 litros de agua a hervir y agregar 40 semillas, previamente molidas con la ayuda de una licuadora, lo ideal es que las semillas sean frescas para aprovechar mejor sus efectos.