Fitosanitario y zoosanitario son dos términos del sector agroalimentario. Cada uno se refiere a la salud y bienestar de su especie. Es decir, el prefijo fito aplica para plantas y vegetales, mientras que zoo se refiere a animales.
El tema de la sanidad alimentaria, según la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), es de vital importancia para productores, consumidores y sociedad en general, pues contar con alimentos de calidad implica que, desde el inicio del proceso, se tengan las condiciones sanitarias adecuadas, ya sean fitosanitarias o zoosanitarias.
El término fitosanitario se refiere a la prevención y curación de las enfermedades de las plantas. En el mismo sentido, un producto de protección fitosanitaria es toda sustancia o mezcla de ellas, que tenga la función de evitar, destruir, atraer, repeler o combatir cualquier plaga o enfermedad, durante la producción, almacenamiento, transporte, distribución y elaboración de alimentos o productos agrícolas.
De igual manera, zoosanitario implica la limpieza de los animales o productos de origen animal. En México, la actividad zoosanitaria se enfoca en la aplicación de estrategias que permitan controlar y/o erradicar plagas y enfermedades que afecten a la producción ganadera.
La medida fitosanitaria o zoosanitaria, incluye métodos o procesos de producción relacionados con el producto, como son: la realización de pruebas, la inspección, certificación, muestreo, evaluación de riesgo, también un estudio en materia de empaque y etiquetado directamente relacionado con la seguridad de los alimentos y un régimen de cuarentena, así como la supervisión del traslado y sobrevivencia durante éste de animales o vegetales.
Todo esto se traduce en productos de calidad, que benefician tanto a los productores como a los consumidores.