La comida mexicana está llena de sabor, color e imaginación, y también está llena de tradición e historia.
¿Alguna vez te has preguntado el origen del nombre y/o receta de un platillo mexicano?
Por ejemplo, la palabra pozole proviene del náhuatl pozolli que significa hervido o espumoso o del cahíta posoli que quiere decir cocer maíz. Se dice que es de origen prehispánico y que se preparaba con carne humana de los sacrificios a las deidades, pero cuando llegaron los españoles se empezó a preparar con carne de cerdo, pollo o verduras. El pozole puede ser verde, blanco o rojo y se acompaña con aguacate, rábano, lechuga, limón, orégano.
Otro clásico es el mole, que data de la época precolombina. Los aztecas preparaban para los grandes señores el mulli, cuyos ingredientes eran chocolate y guajolote. En la actualidad requiere de muchos ingredientes, pero bien vale la pena cuando se acompaña con pollo, arroz, frijolitos o enchiladas.
Del pambazo se dice que su nombre proviene del tipo de pan con el que e prepara: pan basso o pan virreinal. Es delicioso con su relleno de chorizo con papa, lechuga, crema, queso y su baño de chile guajillo.
Sobre los chiles en nogada hay muchas versiones de su origen, pero se dice que este platillo fue creado en el año 1821 por las madres agustinas del Convento de Santa Mónica en Puebla. Cuentan que al saber que el general Agustín Iturbide estaría en Puebla para celebrar su santo, el 28 de agosto, las monjas decidieron preparar un platillo inspirado en los colores de la bandera del Ejército Trigarante: verde, blanco y rojo, y lo decoraron con las nueces de Castilla y las granadas rojas que justo en esa época se cosechaban.
Definitivamente la cocina mexicana es rica hasta en su origen.