La créme brûlée es una especialidad de la repostería francesa parecida, aunque no igual, a nuestra crema catalana. Literalmente se traduce como crema quemada, y es que tradicionalmente una fina capa de azúcar tostada en su superficie le da un punto crujiente que la hace deliciosa.
Fue hacia 1691 cuando aparecen las primeras menciones acerca de una crema dulce hecha a base de leche y huevos, y así, con pocas variaciones llega la créme brûlée hasta nuestros días como un placer irresistible, y además muy fácil de preparar.
Ingredientes para cuatro personas
- 200 g de leche entera, 100 g de yemas de huevo, 75 g de azúcar blanquilla, 250 g de nata, canela en rama, azúcar moreno para requemar
Cómo hacer créme brûlée
Comenzaremos hirviendo la leche y la nata en un cazo junto con la rama de canela. Una vez que hierva dejamos reposar media hora tapado el cazo para que infusione la canela. Precalentamos el horno a 100 grados con calor arriba y abajo.
En otro bol batimos las yemas junto con el azúcar, e incorporamos la leche y nata colándola a través de un colador.
Rellenamos unos ramequines o cazuelitas refractarias y las tapamos con film de cocina resistente al calor. Horneamos durante una hora y media. Una vez fríos o ligeramente templados espolvoreamos la superficie de la crema con el azúcar moreno y requemamos con un soplete de cocina.
Tiempo de elaboración | 2 horas
Dificultad | Fácil
Degustación
La créme brûlée se debe de consumir fría o a temperatura ambiente, podeis aromatizarla si no os gusta la canela con una vaina de vainilla o algún licor. Es realmente deliciosa.