Las nuevas tendencias gastronómicas no dejan de sorprendernos, pero por primera vez en mucho tiempo, hoy lo han hecho para bien.
Un grupo de científicos australianos del CSIRO, en colaboración con el grupo agrícola Innova Hort, acaba de desarrollar un ‘superpolvo’ que se puede mezclar con batidos, sopas, productos horneados e incluso con café para que aquellos a los que no les gustan demasiado las verduras puedan acceder a sus saludables beneficios sin tener que consumirlas de forma directa.
Cada dos cucharadas de este polvo contienen una porción de brócoli, que es una buena fuente de fibra dietética, vitamina B6, vitamina E y manganeso. El objetivo de este proyecto y nuevo producto es reducir el desperdicio alimentario causado por la industria, que selecciona las verduras “bonitas” para los mercados y deshecha las que parecen más “feas”. De ahí que el brócoli empleado para producir el polvo se obtenga de las piezas de aspecto imperfecto que de otra forma se habrían desperdiciado.
Según una encuesta del CSIRO de 2017, cuatro de cada cinco australianosno comen diariamente las suficientes verduras y frutas para cumplir con las pautas dietéticas del país.
En España los datos también son alarmantes: según el último informe del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente; el consumo de frutas y hortalizas frescas en los hogares (hasta noviembre de 2017) descendió un 3,4% con relación al mismo periodo de 2016; y según un estudio realizado por la cadena de supermercados Lidl en 2017, sólo el 11% de la población adulta reconoce consumir las cinco raciones de frutas y verduras recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“El brócoli en polvo ayudará a resolver esto”, explicaba John Lloyd, director ejecutivo de Hort Innovation a Australian Associated Press. Aunque por el momento el producto sigue en vías de desarrollo, ya se puede probar mezclado con café en una cafetería de Melbourne.