Científicos cubanos del Instituto Nacional de Investigaciones de Viandas Tropicales (INIVIT) logran crear vegetales resistentes a los cambios de clima, los cuales necesitan menos agua y son mucho más resistentes al ataque de plagas; aplicado a tubérculos y frutas de alto consumo en Cuba como el camote, el taro, el plátano, la yuca y la malanga.
Confirman que en los campos cubanos ya se cosechan variedades de plátanos y yuca de tamaño más pequeño, hasta con 40 centímetros menos de altura, esto es para que disminuyan los daños en caso de huracanes y tenga rendimientos superiores a los cultivos tradicionales.
En el caso del camote, conocido también como batata o boniato, se han obtenido semillas que necesitan un consumo mínimo de agua, lo cual permite que sólo con la humedad de la lluvia se puedan producir hasta 10 toneladas de cultivo por hectárea de terreno.
Incluso el INIVIT informó que algunos productores ya tienen en sus manos una nueva variedad de camote fortificado, con alto contenido de vitamina A y muy resistente al Tetúan, la plaga más mortífera para este cultivo.
El Instituto Nacional de Investigaciones de Viandas Tropicales afirma que su biofábrica crea anualmente entre 35,000 y 53,000 plántulas diseñadas de acuerdo a las necesidades de la producción agrícola del país y a las características de cada terreno.
Para Cuba, la agricultura es un tema de prioridad en el proceso de reformas económicas liderado desde 2011, que incluye el reordenamiento del sector agrícola para aumentar la producción de alimentos, asunto considerado de seguridad nacional.
Este país dedica al año cerca de 2,000 millones de dólares a la importación del 80% de los víveres que consume, y según datos del Ministerio de Agricultura, el 60% de esos alimentos que se compran en el exterior podrían producirse en el país.