El estado de Sinaloa tendría la primera biorrefinería del país, proyecto realizado por la Facultad de Ciencias Químico Biológicas (FCQB), de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) para la producción de diversos biocombustibles y derivados, como biodiesel, bioetanol, bioturbosina, glicerina, quitina y quitosano.
La construcción de la primera etapa de la biorrefinería plantea a través de recursos concursables, así como con apoyo de la empresa de Estados Unidos, Intrust Global Investments y con apoyo de la Universidad de Harvard. Se eligieron tres proyectos, de entre 300 de 122 instituciones; los cuales tuvieron que pasar filtros de viabilidad financiera, técnica y científica, modelo busca recursos privados a nivel mundial.
La biorrefinería integrará cadenas productivas de sectores como la agricultura y la acuacultura; por eso en su primera etapa, el proyecto solicitó financiamiento de la Secretaría de Energía para beneficiar el campo y a los pescadores sinaloenses; con lo cual se busca impactar inicialmente a seis mil y diez mil personas.
El proyecto plantea que las cabezas de camarón dejen de representar un problema ambiental y de salud pública al comprarles los desechos que están tirando y que ahora les genere dinero a los pescadores. Uno de los propósitos de industrialización es la creación de cierta proteína del camarón para la producción de alimentos balanceados.
Se adquirirá la cáscara de camarón y de cangrejo para obtener un polímero orgánico con aplicaciones en la agricultura, en la medicina, para el tratamiento de agua. En la parte de biomédica, para prótesis, al ser un polímero natural, el cual en ciertos países ya lo utilizan.
En una segunda etapa, el impacto será a favor de los ejidatarios en los campos agrícolas de Sinaloa, se planea crear la posibilidad de formar la empresa con ellos y sus tierras, todos tendrán acciones dentro de la biorrefinería, por lo que se espera impactar en las próximas dos generaciones.
Inicialmente, la materia prima con que trabajarán será con el arbusto silvestre conocido como piñón o jatrofa (Jatropha curcas), que ha sido objeto de estudio para la obtención de biocombustible, bioetanol y bioturbosina. Se utilizará toda, ya que en los procesos de biodiesel el 60 por ciento de la biomasa se desperdicia, aquí se aprovechará desde que nace la planta, hasta la soca.
Iniciarán con biomasa de moringa para el etanol, donde más de ocho mil toneladas de soca se quema, pero el siguiente periodo será comprado, se aprovechará y no impactará al medio ambiente.
Para la primera etapa se necesitan al menos 100 ingenieros químicos, bioquímicos y agentes de ventas que fueron capacitados en la Universidad Autónoma de Sinaloa. Se trata de estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado, que actualmente están impactando en temas de bioenergía de la región y quienes fueron parte del desarrollo tecnológico del proyecto.
Este proyecto es el primero en el país; sin embargo, se espera sea replicable al demostrar que el negocio es rentable financiera y ambientalmente, por lo que consideran podría ser una buena opción adaptar este modelo en el estado de Oaxaca y generar una buena cantidad de empleos.
Fuente: CONACYT