Las plantas, a diferencia de los animales que pueden huir de los depredadores, utilizan otras estrategias de defensa y responden a la agresión produciendo compuestos tóxicos o proteínas que suelen detener o reducir el ataque de los insectos; este daño celular está regulado por el ácido jasmónico, hormona vegetal que está relacionada con señales químicas para disuadir a sus atacantes y alertar a planta cercanas contra el ataque de plagas.
Se ha comprobado que este producto químico producido por las plantas de tomate en respuesta al ataque de plagas puede cambiar el comportamiento de los insectos; ya que investigadores de la Universidad de Wisconsin, afirman que uno de los efectos de los aromas que producen las plantas del tomate es favorecer el canibalismo entre los insectos que los atacan; prefieren comerse a los de su misma especia antes de comerse la planta.
Para probar el efecto de las defensas de las plantas sobre el comportamiento de herbívoros como las orugas, los investigadores rociaron plantas de tomate en recipientes de plástico con concentraciones de metil jasmonato de baja, media y alta concentración y luego agregaron ocho larvas de oruga en cada recipiente.
Transcurrida una semana contaron el número de ejemplares en cada uno de los recipientes; en el de baja concentración las orugas se habían alimentado de las hojas; mientras que las que tenían concentraciones medias y altas de metil jasmonato desde el primer día comenzaron con el canibalismo.
Este estudio, publicado en Nature Ecology & Evolution, pretende examinar la posibilidad de utilizar otro tipo de plaguicidas o exacerbar las respuestas naturales de las plantas para proteger cosechas. El entendimiento detallado del funcionamiento del sistema inmunológico de las plantas frente al ataque de insectos abre nuevas perspectivas para la protección y el mejoramiento genético de los cultivos.
Esta sería una viable alternativa entre los agricultores, quienes podrán promover el canibalismo como un mecanismo de control de plagas; sin embargo, debe ser bien controlado y bajo ciertas condiciones de campo, ya que estos caníbales pueden resultar más adaptados que aquellos que no lo son y estimular el resurgimiento de nuevas plagas.