México es reconocido por su liderazgo en materia de protección de sus ríos y humedales, pues publicó en 2012 una norma mexicana para la determinación de caudales ecológicos que se fundamenta en principios científicos mundialmente reconocidos, contempla la adopción de un balance entre la importancia ecológica y las necesidades de la gente; esta norma ha sido pionera mundialmente y adoptada por China y Sudáfrica.
Este liderazgo de México se materializa en el Programa Nacional de Reservas de Agua, como una política por la cual el gobierno crea reservas de agua como una medida para la gestión de este recurso, basada en caudales ecológicos. Estos caudales son un instrumento que establece calidad, cantidad y régimen del flujo de agua requerido para mantener los componentes y funciones de los sistemas acuáticos en ríos y humedales.
Con este programa, México protege a través de un decreto presidencial el agua de los ríos antes de que éstos se sequen. Un ejemplo es la cuenca del río San Pedro Mezquital en los estados de Durango, Nayarit y Zacatecas, cuya reserva fue decretada en 2014 para salvaguardar el agua de 11 cuencas hidrográficas por los próximos 50 años.
Esta reserva no sólo es un caso exitoso del programa en México; es también un parteaguas para el futuro establecimiento de reservas de agua en las 732 cuencas que conforman el país. A la fecha, la Comisión Nacional del Agua ha acordado con usuarios del agua el establecimiento de alrededor de 189 reservas que protegen una variedad de ecosistemas de gran importancia por la biodiversidad que albergan.
Esto se dio a conocer durante la presentación del informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) “Escuchando a los ríos”, publicado Vigésimo Simposio Internacional de Ríos celebrado en Brisbane, Australia, donde muestra cómo estas iniciativas de gobierno han logrado proteger y restaurar sus ríos de forma exitosa; enfocadas al rescate de agua para el ambiente, única manera de asegurar el agua para todos, incluyendo a las futuras generaciones.
El WWF asegura que casi la mitad de la población mundial es afectada por la escasez de agua y ríos del mundo, quienes están sometidos a alta presión, lo que ha llevado a los gobiernos a tomar medidas que aseguren cauces más sanos mediante el establecimiento de caudales ecológicos.
El informe señala que los suministros de agua dulce en el mundo cada vez están más sobreexplotados debido a la creciente demanda de agua por parte la población, la agricultura, la industria y las ciudades; por lo que una tercera parte de las cuencas que dependen de la lluvia se están agotando.