En México se cultivan más de 45 productos orgánicos, entre ellos se encuentran las hierbas aromáticas, quien constituyen el 8% de los productos orgánicos cultivados en México, siendo Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Chihuahua y Guerrero, los principales estados productores de alimentos orgánicos, según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) .
México tiene gran potencial en la producción de hierbas aromáticas; tan sólo el orégano, una especie aromática, se comercializa en Estados Unidos, Italia y Japón con un precio promedio de 170 dólares por kilo. La producción orgánica en México tiene gran impacto social, ya que es una actividad en la que participan grupos indígenas y pequeños productores de escasos recursos.
Las hierbas son plantas útiles que por sus propiedades aportan nutrientes al cuerpo, agentes medicinales y en los alimentos aromas y sabores. Estas hierbas aromáticas son sinónimo de condimento, es parte importante de tradiciones precolombinas que han llevado a convertir a la cocina en un arte.
Una hierba aromática o una especia puede cambiar completamente el sentido de un alimento o platillo; las hierbas otorgan aromas, mientras que las especias añaden sabor; han estado presentes en la constante búsqueda de nuevos sabores culinarios y son quienes han logrado definir la gastronomía de cada país.
Por su sabor, propiedades nutricionales y oportunidad de experimentar a la hora de cocinar, estos son los condimentos que no pueden faltar en las cocinas mexicanas: epazote, hoja santa, cilantro, perejil, clavo, pimienta, canela y vainilla.