De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), la primera amenaza a la biodiversidad nivel mundial es la destrucción de los ecosistemas por parte del hombre, le sigue la introducción de especies exóticas invasoras, quienes ponen en riesgo la salud de la flora y fauna de la zona, ocasionándoles grandes costos económicos.
Esto ocurre porque al introducir un organismo a un medio ambiente nuevo, su control natural desaparece, aunque hay que aclarar que no todas las especies exóticas o no nativas que entran a un nuevo ecosistema se convierten en invasoras porque no llegan a sobrevivir, esa es la diferencia clave entre una especie exótica y una especie invasora.
El que un organismo se convierta en invasor tiene que ver con las características propias de la especie, de las particularidades de la introducción, las rutas de invasión, el tipo y el estado en el que se encuentra el ecosistema al que se está introduciendo, estas especies pueden ser plantas, aves, peces y animales terrestres que llegan a romper las cadenas alimenticias y la erosión del suelo, generado desequilibrios en algunos ecosistemas.
Un gran número de enfermedades, tanto humanas como el zika y chagas, así como de animales domésticos como el virus del Nilo, tienen su origen en especies exóticas que han entrado al país recientemente, hay parásitos invasivos, como virus, bacterias, hongos, protozoarios, nemátodos, que se pueden comportar como cualquier especie invasiva y pueden afectar a varias especies por su amplia distribución, altas tasas de transmisión, elevadas tasas reproductivas y alta persistencia.
En México, las especies exóticas invasoras son el tercer factor de presión a la biodiversidad porque se convierten en un grave problema si se combinan con el cambio climático y la destrucción de hábitats, que puede llegar a ser un problema de seguridad nacional.
Existen varios factores que pueden ocasionar que una especie se vuelva exótica invasora, desde la falta de elementos para su control, como la ausencia de depredadores, la no existencia de enfermedades, los climas favorable y la abundancia de comida; hasta factores propicio para su reproducir sin control; y una vez que llega la especie es muy difícil hacer algo al respecto o poderla erradicar.
Un claro ejemplo de especie exótica invasora es el lirio acuático que afecta a casi cien hectáreas de presa del Sistema Cutzamala que abastece de agua a la Ciudad de México, que ha tenido presencia en la región desde la década de los 70 y ha ocasionado desplazamiento de especies de peces, así como retención de sedimentos, que se convierten en lodos, los que se endurecen y ganan terreno al cuerpo de agua, además de que generan malos olores y mosquitos.
De acuerdo con la CONABIO, México avanza en la prevención y control de las invasiones biológicas, y un paso fundamental y estratégico es la adecuada toma de decisiones en materia de política ambiental.
En México aún no se tiene estimado el costo por afectaciones en ecosistemas, pero ya está en marcha un análisis económico por la introducción de especies exóticas invasoras, pero ya han propuesto algunas medidas económicas para desincentivar la introducción de especies exóticas, como aranceles para especies importadas, seguros de responsabilidad ambiental para empresas que pretenden producir especies invasoras, impuestos y fondos ambientales.
Fuente: CONABIO, Biodiversidad Mexicana, Crónica.com