El aguacate se ha convertido en uno de los cultivos que más le cuestan al espacio ambiental, ya que en las últimas décadas miles de hectáreas de bosques han sido arrasados para cultivar esta semilla; los bosques de Michoacán corren más riesgo, se produce 80% de la cosecha nacional. En 18 años se perdieron 65 mil hectáreas de bosque, según la SEMARNAC.
Esto está acabando con la biodiversidad de la región; según los datos del Grupo Interdisciplinario de Tecnología Rural Apropiada (GIRA), de las 160 mil hectáreas sembradas de aguacate en Michoacán, la mitad se encuentra ilegalmente en zonas de bosque que fueron deforestadas. Ahí, la fertilidad de la tierra va minando por el uso excesivo de fertilizantes y agroquímicos. Sin mencionar que la deforestación está poniendo en mayor riesgo a la mariposa monarca en Michoacán.
El aguacate es una semilla prehistórica que, increíblemente, sobrevivió a lo que tuvo que haber sido su extinción. No obstante, se quedó con nosotros para deleitarnos, y sin duda para nutrirnos, pues es uno de los escasos alimentos con grasas buenas, y un coctel que nos provee de casi toda la gama de vitaminas B que necesitamos. Por eso y más es considerado un superalimento.
Sin embargo, ha sido el redescubrimiento de las bondades del aguacate, y su gran versatilidad culinaria, lo que lo han convertido en una moda a nivel mundial. La muestra está en que antes, en 1930, había en Michoacán sólo 2 mil hectáreas reservadas al cultivo de aguacate, mientras que para 2010 ya eran 151 mil. Por supuesto que el aumento poblacional es una variable que debe tomarse en cuenta, pero el hecho contundente radica en que un alimento se ponga de moda en un mundo globalizado. Y ese es el caso del aguacate.
El titular de la SEMARNAC, Ricardo Luna García, dio a conocer que el problema principal es la tala clandestina, porque aunque no se han otorgado permisos de cambio de uso de suelo en 20 años, en el mismo tiempo se perdieron más de un millón de hectáreas, lo que sólo puede explicarse por conductas criminales que tienen como fin apropiarse del territorio, y que han sido apoyadas o llevadas a cabo por grupos de narcotraficantes.
Por supuesto, el gobierno local y federal tiene mucha culpa en esto, sea por acción u omisión, así como las empresas exportadoras que lucran con el mercado estadounidense, el cual consume gran parte del aguacate que se produce en México. Pero aunque nuestros gobernantes tienen cuentas que rendir y políticas que cambiar, nosotros también podemos y debemos hacer algo, expresó.
Dijo que es importante que aprendamos a relacionarnos de otra manera con los alimentos. En primer lugar, que tengamos una dieta variada, intentando no abusar de ningún cultivo o alimento, sobre todo los que más erosionen al planeta y a la sociedad, como la carne o, en este caso, el aguacate.
También debemos optar por comprar cultivos locales, como promueve el movimiento Slow Food, ya que las dinámicas globalizantes son las que más dañan los territorios, al exigirles producir para todo el mundo en lugar de para la región o el país en cuestión.
Manifestó que en el caso de muchas frutas y vegetales, nosotros mismos podemos cultivarlas. El aguacate es difícil de crecer, pues desde el momento de plantar una semilla hasta poder obtener un fruto pasarán años. No obstante, puedes empezar desde hoy siguiendo esta fácil guía.
Y también puedes comenzar a germinar y plantar otros cultivos, como éstos que sólo tienes que comprar una vez en la vida. Porque no todo está perdido, y mucho depende de nosotros, finalizó.