A nivel global, alrededor de 70 por ciento del agua dulce disponible se destina a la agricultura y la ganadería, mientras que en México, la cifra aumenta a 76 por ciento, de acuerdo con cifras de la Organización de las Naciones Unidas.
Durante los próximos 30 años, el agua será el tema más relevante en la agenda de las naciones, garantizar su disponibilidad es prioridad de gobiernos e industria a nivel global y contar con métodos de producción agrícola eficientes es el primer paso hacia la consecución de dicho objetivo.
Por relación de ideas, a la ganadería se le relaciona con la agricultura al ser actividades que se desarrollan en el entorno rural, sin embargo, su relación es mucho más estrecha, pues 40% de los cereales que se producen en el mundo es exclusivamente para alimentar animales destinados a la producción de carne.
Ante este panorama, contar con productos que disminuyan el consumo de agua e incrementen la productividad de los cultivos, sin requerir más terreno de siembra, es de vital importancia.
Por ser México uno de los principales productores de alimento a nivel mundial, adquiere mayor importancia, ya que no es posible aumentar la superficie cultivable, por lo que la única opción es incrementar la productividad por hectárea. Por ejemplo, en el caso del maíz, actualmente es de 3.4 ton/ha, pero con tecnología es posible llegar a 10 ton/ha, sin elevar el consumo de agua.
De acuerdo con Informes de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, en nuestro país, la disponibilidad natural media de agua es de 451.6 kilómetros cúbicos de agua en promedio al año (Conagua). De ese volumen, alrededor de 80% corresponde al escurrimiento superficial nacional (359.04 km3) y 20% (92.5 km3) contribuye a la recarga de los acuíferos. El valor de la disponibilidad natural media nacional resulta superior al de la mayoría de los países europeos, pero es bajo en comparación con países como Canadá (2,902 km3), Estados Unidos (3,069 km3) o Brasil (8,647 km3).
Syngenta realiza acciones para disminuir el uso de agua, apoyar el desarrollo y la productividad en el campo, cumplir con los 17 objetivos de desarrollo sostenible marcados por la Organización de las Naciones Unidas en la agenda 2030 y alcanzar las metas establecidas en nuestro Good Growth Plan, a través de la innovación y la tecnología.
Una de las principales acciones es producir semillas mejoradas que requieran menos recursos y con ello proteger la tierra para cultivo y así cumplir el objetivo de producir más en la misma superficie, evitando el aumento de deforestación de selvas y bosques.
En los próximos 30 años, las necesidades alimentarias a nivel global requerirán un aumento de 60 por ciento en la producción agrícola por lo que es necesario aumentar la eficiencia del sector agrícola, esto es, reducir su consumo de líquido aumentando paralelamente la producción obtenida.
Por Montserrat Benítez- Syngenta