En 2018, México rompió récord en sus exportaciones de frambuesas, zarzamoras, moras y moras frambuesa al registrar ventas externas por un valor de 1,168 millones de dólares, un alza de 12.7 por ciento, Las exportaciones mexicanas de estas frutas sumaron 151,903 toneladas en 2018, según la Secretaría de Agricultura de Desarrollo Rural (SADER).
Del total de las exportaciones mexicanas de estas, denominadas frutas del bosque, durante el año pasado el 95.4% se dirigió a Estados Unidos, mientras que el resto se envió a otros destinos como Países Bajos, Reino Unido, Italia, Bélgica, Francia, Alemania, Rusia y España.
el primer año se desarrollan y en el segundo florecen y dan fruto, para morir inmediatamente; después son reemplazadas por nuevos vástagos. Las frambuesas son frutillas convexas, rugosas, aproximadas en piña y destacan fácilmente por su color. El más común es el rojo o amarillento. Cada fruto tiene adherido un pelo de color amarillo oro.
Las frambuesas pueden comerse frescas y en forma de conservas caseras e industriales. Son muy solicitadas para elaborar aromatizantes, jarabes y nieve de sabor.
Por añadidura, las frambuesas provienen de un arbusto de cuarenta a sesenta centímetros de altura que crece en los lugares pedregosos de las montañas. Tiene un tallo subterráneo, corto, que cada año emite ramas aéreas que duran dos años.
El frambueso se desarrolla mejor en climas frescos, idealmente entre los 14 y los 19ºC. Puede darse a menor o mayor temperatura, pero produce menos fruta y de menor calidad. Las lluvias son un factor delicado. Al inicio de la plantación, las precipitaciones permiten un mayor desarrollo de la fruta y mayor producción por planta.
En el periodo de maduración no son buenas porque generan muchas complicaciones para la cosecha y el transporte. El exceso de agua durante cuatro o cinco días seguidos puede provocar la muerte de la planta.