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Se duplica producción de charal en México

En 2016 la producción de charal en México alcanzó un volumen de 11 mil 757 toneladas,  duplicando en volumen lo obtenido en 2015, con lo que se cubrió la demanda nacional de este alimento tradicional mexicano, aseguró la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación. (SAGARPA).

El charal es uno de los productos acuícolas y pesqueros que mayor crecimiento ha registrado entre 2013 y 2016, al pasar de dos mil 932 toneladas a 11 mil 757 toneladas, lo que representa un aumento en términos de volumen de 300 por ciento.

Según un reporte preliminar elaborado por el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), la dependencia federal indicó que la producción de charal obtenida en 2016 es casi el triple del promedio de los últimos cuatro años, que fue de tres mil 467 toneladas de este producto.

Los cinco principales productores de charal que en conjunto producen el 98 por ciento del volumen total a nivel nacional son los estados de Michoacán, Jalisco, Estado de México, Guerrero y Campeche, lo que representa 11 mil 525 toneladas, siendo el estado de Michoacán el que aporta el 60.3 por ciento de la producción total de charal en el país.

En términos de volumen, la producción de Michoacán alcanzó en 2016 las siete mil 86 toneladas; Jalisco, dos mil 589 toneladas; Estado de México, 781 toneladas; Guerrero, 656 toneladas, y Campeche, 413 toneladas.

Este pescado es también producido en Guanajuato, Hidalgo, Jalisco y Tlaxcala. Jalisco, 22 por ciento; Estado de México, 6.6 por ciento; Guerrero, 5.6 por ciento, y Campeche, 3.5 por ciento.

Los estados que han reportado los mayores crecimientos en la producción de charal entre 2015 y 2016 son Michoacán con 62 por ciento; Jalisco, 13.7 por ciento; Guerrero, 13.5 por ciento, y Estado de México, 10.2 por ciento.

Los charales, de la especie Chirostoma Jordani, son nativos de México, proliferan de manera importante en la parte central del país; son ricos en calcio, potasio, fósforo, sodio, hierro, magnesio, yodo, niacina y vitaminas C, E, B y A, imprescindibles en el desarrollo del sistema nervioso.

Los charales secos contienen proteínas de alto valor biológico, pocas grasas, nada de hidratos de carbono y una gran cantidad de aceites omega 3; ayudan a reducir los niveles de colesterol y las enfermedades cardíacas, siempre y cuando se preparen al vapor, al horno o asados.

Por su alto contenido en sodio no se recomiendan para pacientes con hipertensión arterial; tampoco en casos de cirrosis, insuficiencia o daño renal e hiperuricemia, tampoco para quienes sufran de gastroparesia, fístula intestinal, diverticulitis, esofagitis, ni los alérgicos a los mariscos.

Fuente: Fundación UNAM, SAGARPA, Gran Turismo

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