Catalogada como una de las 100 especies invasoras más agresivas del mundo, la rana toro puede reproducirse a gran velocidad, puede llegar a poner hasta 40 mil huevos, pesar de 250 a 300 gramos y medir hasta 45 centímetros; por lo que se decidió explotar comercialmente su carne para consumo humano, así como sus subproductos, como piel, harina, aceite e hígado, los cuales presentan cada vez mayor demanda en el extranjero.
Actualmente la carne de rana toro se exporta a Brasil, Colombia, Venezuela, Ecuador y Uruguay, entre otros; por lo que la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA) decidió impulsa la ranicultura como actividad que representa una alternativa de producción con un mercado viable.
Aunque se establecieron en México unidades de producción acuícola para su cultivo, el Estado de México el principal productor de rana toro en el país, aportando alrededor de 68 toneladas cada año, con un valor de 9.5 millones de pesos.
Sin embargo, su consumo en México es muy limitado, por lo que productores del Estado de México decidieron promover su ingesta al afirman que su carne es nutritiva y con menos grasa, lo que ayudará a mitigar los problemas alimentarios como obesidad y desnutrición.
Señalan que en la entidad existen 18 unidades de producción ubicadas en los municipios de Villa Guerrero, Donato Guerra, Ixtapan de la Sal, Timilpan, Tianguistenco y San Mateo Atenco, donde los productores llegan a invertir hasta 300 mil pesos mensuales, el 15 por ciento del costo real es subsidiado por el gobierno federal.
En algunas regiones, como en el Valle de Toluca, donde no existen las condiciones adecuadas de temperatura para el apareamiento de la especie, los productores tienen que invertir en adecuaciones del clima y construcción de espacios propicios para ello.
Este modelo se caracteriza por requerir infraestructura en poco espacio, se puede desarrollar con diferentes variables y en distintos tamaños, desde una granja de tipo familiar, de autosustento, hasta de tipo comercial.
Lo importante, señalan los productores, es incentivar su consumo, el cual antes de la colonización de México era muy común, hoy en día es muy limitado, por lo que es necesario tanto difundir sus beneficios, como impulsar su producción.