El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, señaló que la agricultura está expuesta a imponderables climáticos, y una manera de aprovechar o mitigar sus efectos es mediante la aplicación de prácticas agrícolas sustentables para el manejo adecuado del suelo y del agua, con el acompañamiento de las tecnologías y sistemas de medición de lluvias y la temperatura en los ciclos productivos.
Al participar en el módulo de capacitación “Pronóstico climático para el ciclo agrícola en Guerrero”, el titular de Agricultura destacó los beneficios de adaptar la agricultura ante el cambio climático y minimizar los riesgos de los factores adversos, a través de la aplicación de paquetes tecnológicos.
Apuntó que la agricultura en México es en más del 75 por ciento de temporal, por lo que, acotó, hay que tener un mayor conocimiento e información de los efectos del cambio climático.
Expuso, con base en reportes climatológicos, que el pronóstico de precipitaciones pluviales para este año está cerca de la media histórica, lo que permitirá tener un régimen de lluvias más o menos normal, con los consecuentes beneficios para el ciclo Primavera-Verano 2020.
Con la participación del subsecretario de Agricultura, Miguel García Winder, el secretario Víctor Villalobos precisó que se cuenta con tecnologías que acompañan prácticas sustentables, algunas producto de la experiencia de los campesinos, como la utilización de cubierta vegetal que ayuda a la conservación de nutrientes y protección del suelo de la erosión por lluvia y viento.
Destacó que en el país contamos con investigadores y especialistas del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), del Servicio de Información Agropecuaria y Pesquera (SIAP) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y las universidades y centros de investigación, que coadyuvan a un mejor acompañamiento científico y técnico para pronosticar el comportamiento de las lluvias, la temperatura y el clima y así mitigar los efectos en la agricultura.
Contar con estos recursos, el acceso a la información y los mecanismos de comunicación inciden en prevenir y adaptar la agricultura a los imponderables por el cambio climático, tener un mejor manejo de los ciclos agrícolas y mayor rentabilidad en las cosechas de granos básicos, expresó.
Indicó que las prácticas de quema de residuos de cosecha cambian la estructura química y física de la tierra, disminuyen la fertilidad por la pérdida de microorganismos en el suelo, en ocasiones esta situación se trata de recomponer con la aplicación de fertilizante, sin que esta sea la mejor forma de solucionar la afectación, además de que tiene un costo adicional.
Es importante, dijo, evitar las quemas, fortalecer la reforestación y promover la labranza de conservación; la incorporación de los residuos de cosecha al suelo es esencial para mantener su estructura, retener la humedad y que la planta aproveche los nutrientes para un mejor desarrollo.
El titular de Agricultura subrayó que el Gobierno de México impulsa la plantación masiva de árboles con especies maderables y frutales para diferentes regiones, como la manzana, durazno, ciruela, cacao, café y cítricos, acciones que se suman al cuidado del suelo y del clima.
En el módulo de capacitación, especialistas del INIFAP señalaron que desde hace cinco años desarrollan pronósticos de lluvias, temperatura y humedad de los suelos agrícolas, datos que permiten prever las condiciones en los procesos de cultivo de granos tanto en el estado de Guerrero como en Sinaloa y Tamaulipas, así como en la región del Bajío.
Diagnosticaron que la precipitación de lluvia para este año en el estado de Guerrero será por debajo a la media histórica, pero los efectos de la sequía no serán tan prolongados como en el 2019.
Se espera una temperatura más estable, entre los 22 y 25 grados centígrados, y la humedad del suelo estará entre 30 y 35 por ciento, lo que favorecerá la siembra de granos en la entidad, refirieron.