México cuenta con una industria lechera competitiva, por lo que el precio de la leche no tendrá aumentos significativos a pesar de que la inflación alcanzó un nivel récord en 17 años al ubicarse en 6.77% al cierre de 2017, incluso podría disminuir, aseguraron representantes de la industria lechera.
La elevada inflación no representa un tema que vaya a detener el desarrollo de la industria, pues en México es un sector muy competido y hasta ahora las empresas no han tenido problema en absorber el impacto inflacionario; aseguró René Fonseca Medina, director general de la Cámara Nacional de Industriales de la Leche (CANILEC).
Catalogó como positivo el desempeño del sector para este año y adelantó que mostrará un crecimiento de entre 2.5 y 3%; en tanto que negó que la reestructuración del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) vaya a tener repercusiones a corto plazo en el sector.
Pues según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), el 76% de la leche que se consume en México proviene de Estados Unidos; por lo que el líder industrial recalcó; “si se cae el TLCAN, México tendría derecho de poner aranceles. Aquí tenemos la gran ventaja de que somos el comprador, y en cualquier parte del mundo el comprador es el rey; en este caso, el problema más serio sería para Estados Unidos que es el que nos vende”.
Fonseca Medina indicó que tampoco prevén afectaciones por la coyuntura electoral, ya que, según la experiencia de sexenios anteriores, no suele representar un impacto importante en la industria lechera ni en el consumo de lácteos en México.
Por su parte, Santiago Martínez, director general de Lyncott, informó que los precios mundiales de la leche disminuyeron a inicios de este año, “lo cual es un buen indicativo a nivel macroeconómico y muy probablemente haya decremento de precios, como lo han indicado las cotizaciones a nivel mundial”.
Respecto a la producción nacional de leche, el empresario indicó que es cada vez más eficiente y de clase mundial: “Año con año se cierra la brecha entre lo que importamos y lo que producimos en México; la mayoría de la leche que comercializamos en Lyncott la adquirimos con productores locales de la región queretana, por lo que el impacto del aumento del dólar nos afecta en menor medida”.
El empresario también pronosticó seguridad para la industria, pues indicó que 2017 fue un buen año en temporada de lluvias, lo que significa que hay un buen abasto de alimentos para el ganado y, por ende, se prever un crecimiento en la producción.
No obstante, indicó que México es el país número uno en importación de leche en polvo descremada y el quinto país importador de quesos a nivel mundial, por lo que un panorama de negociaciones del TLCAN que no beneficie a México abriría la oportunidad de afianzar alianzas comerciales con regiones como Europa, Sudamérica, Nueva Zelanda y Australia.
Cifras de la SAGARPA indican que la producción de leche en 2017 fue de 11 mil 969.8 millones de litros de leche, mientras que en 2016 fue de 11 mil 767.7 millones. En el caso de la elaboración de derivados y fermentos lácteos como quesos, crema y yogurt, de enero a agosto de 2017, la producción alcanzó un volumen de 760 mil 202 toneladas, por su parte, la industria de los quesos produjo 263 mil 92 toneladas.