Las “pineberries”, también conocidas como “fresas blancas” o “almas blancas” son un híbrido de dos cruces de especies de fresa; la Fragaria virginiana y Fragaria chiloensis, ambas de origen americano, aunque históricamente se dice que provienen de Chile pero en el año 1700 fueron llevadas a Francia, desde donde se extendieron a otros lugares del mundo.
Esta fruta exótica tiene un sabor muy similar al de la piña, pero en realidad es una variedad de fresa, la cual estuvo en el año 2003 en peligro de extinción por lo difícil que resulta cultivarla, además de que sólo se dan dos veces al año, motivo por el cual en muchos lugares del mundo no se conoce esta variedad, la cual se encuentra en pleno proceso de recuperación.
En la antigüedad fueron comercializadas en América central y América del sur, zona donde se podía cultivar con más facilidad, pero la falta de interés por parte de los agricultores en cuanto a su siembra y cuidado, hizo que la especie fuera desapareciendo hasta llegar casi a la extinción.
Fue gracias a los agricultores holandeses que esta especie resurgió y hoy en día es cultivada he introducida nuevamente a Francia con fines comerciales; y ya que su cultivo es muy limitado, quienes quieren disfrutar de esta fruta deben pagar un precio muy elevado por una cantidad mínima.
Este híbrido, que surgió de manera accidental, recibió el nombre científico de Fragaria x ananassa para indicar su origen híbrido y su distintivo aroma de piña tropical (ananassa). Las pineberries son mucho más pequeñas que las fresas comunes, lo que hace que su aspecto sea tan diferente es su carne blanca, que está salpicado con semillas rojas, quienes las han probado aseguran que tanto su aroma como sabor son definitivamente deliciosos.