La refrigeración es un elemento clave a la hora de inducir la inocuidad de los alimentos, porque es un método que evita la proliferación de bacterias patogénicas causantes del deterioro y enfermedades de quienes los consumen. Sin embargo, también puede provocar diversas reacciones como cambios en el color y la textura, así como pérdida de propiedades y nulo aporte de minerales y vitaminas que puedan contener.
Uno de los alimentos que no se recomienda mantener en refrigeración es el jitomate, ya que según estudios publicados por North Carolina University revela que al refrigerar este alimento hace que se pierdan todos sus nutrientes, por lo que es preferible dejarlo a temperatura ambiente; sólo en caso de que ya esté partido, sí se recomienda refrigerar para conservar su consistencia.
Al momento de exponerlos a temperaturas de tres grados centígrados pierden su frescura y volatilidad, por lo que es recomendable no guardar esta fruta rojiza en lugares fríos con temperaturas menores de 50 grados.
Y es que los jitomates se forman con una mezcla de ácidos, azúcares y compuestos que le da ese aroma rico y fresco, por lo que mantenerlos a temperatura ambiente tanto su sabor como su color es más intenso y exquisito.
El jitomate es un alimento con escasa cantidad de calorías, 100 gramos de tomate aportan solamente 18 kcal, la mayor parte de su peso es agua, contiene también hidratos de carbono y azúcares simples que le confieren un ligero sabor dulce, así como algunos ácidos orgánicos que le otorgan el sabor ácido característico.
Es fuente importante de ciertos minerales como el magnesio y potasio, contiene además calcio, hierro, fósforo, triptófano y proteína; es fuente importante de vitamina B1, B2, B5, E y la C. Contiene también carotenoides como el licopeno, un antioxidante poderoso.
Además, contienen beta-carroteno, una sustancia fitoquímica que el cuerpo convierte en vitamina A después de haberla consumido, y por ultimo su aporte de vitamina K, que ayuda a la coagulación de la sangre y la fortaleza de los huesos.