El Gobierno de México tiene como uno de sus grandes temas de atención revertir la dependencia alimentaria en granos básicos, principalmente maíz, con la participación de productores e investigadores para impulsar buenas prácticas agrícolas, tecnología, fertilización y semillas mejoradas, así como paquetes tecnológicos desarrollados por los centros de investigación en el país.
Así lo señaló el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, en la octava conferencia mensual del ciclo “Autosuficiencia alimentaria e innovación tecnológica con prácticas sustentables”.
Afirmó que hay la determinación de esta administración de reducir la importación de maíz amarillo, de uso pecuario e industrial, a través del incremento de producción y rendimientos del grano en la misma frontera agrícola, pero con el apoyo de la innovación y la tecnología.
Por su lado, el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria, Víctor Suárez Carrera, afirmó que hoy México es protagonista y pionero en una nueva revolución tecnológica, que deja atrás el modelo de revolución verde, por obsoleto.
“Esta revolución consiste en un modelo de agricultura de conocimientos integrados, donde los campesinos, los productores, conectan su conocimiento milenario con el conocimiento científico” y derivan en una forma de producir que cultiva alimentos pero también cultiva al suelo, “pues el suelo es un recurso al que debemos pagar tributo”, dijo parafraseando al científico Édgar Quero, participante también en la conferencia.
El subsecretario afirmó que este modelo (que involucra el uso de microorganismos, de compostas, lixiviados, control biológico y más, además de un diálogo constante entre productores, técnicos y científicos) tiene cuatro características intrínsecas e inseparables: es justo, pues se trata de que haya una retribución justa para los campesinos/productores en la cadena de valor; es sustentable, pues propicia la recuperación de suelos y el cuidado de los recursos naturales; es saludable, pues genera alimentos sanos para el productor, su familia y la población en su conjunto, y es competitivo.
Este modelo, que es resultado “de un esfuerzo de muchos años y que viene muy desde abajo combina mejoras en el suelo y cuidado de mantos acuíferos y simultáneamente mayores rendimientos por hectárea e ingresos”, dijo el subsecretario.
Ejemplificó con el caso de productores de Hidalgo, que apoyados por el Centro Nacional de Innovación y Transferencia de Tecnología de Hidalgo(CENITTH), de la Fundación Produce, y apoyados también por Édgar Quero, investigador de ese Centro, han pasado de cuatro o cinco toneladas por hectárea de maíz a 15 o incluso 20-22. En la propia conferencia Anwar Estrada y su padre, Óscar Estrada, dieron testimonio de ello.
En la conferencia, cuyo tema fue “Recuperemos el potencial productivo del maíz”, otro participante fue José Antonio Cueto, coordinador de Investigación, Innovación y Vinculación del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), quien habló de los desafíos del cambio climático, que propicia lluvias escasas y erráticas, y habló de las condiciones de los diferentes suelos en el país, en el marco de las posibilidades reales de elevar productividad en maíz.
Potencialidades
El secretario Víctor Villalobos aseguró que uno de los esfuerzos de la Secretaría está puesto en lograr reducir, en los próximos años, las importaciones maiceras, que actualmente suman 16 millones de toneladas.
Hay una tarea importante por hacer con el acompañamiento de todos los actores de la cadena productiva, a fin de recuperar la capacidad productiva en maíz amarillo, mejorar los rendimientos del país, cuya media nacional de producción es de tres toneladas por hectárea, apuntó.
“Tenemos que ir midiendo la capacidad de respuesta en la disminución de importaciones, en función del incremento de la producción, y esto es una meta y un reto en este gobierno, mediante una agenda de trabajo establecida para lograrlo, a favor de los productores y del país”, subrayó.
Precisó que el Gobierno de México le ha puesto particular importancia a la autosuficiencia alimentaria, disminuyendo la dependencia de los granos básicos de la alimentación, en un escenario donde somos el primer importador internacional de maíz y somos quienes lo desarrollamos y lo compartimos con el resto del mundo.
La misión, enfatizó, es disminuir la dependencia de maíz amarillo de la importación, porque somos autosuficientes en maíz blanco, con una producción promedio de 22 millones de toneladas, de las que casi un millón se han estado exportando a países como Venezuela, Colombia y Sudáfrica.
Ante productores, investigadores y funcionarios del gobierno federal, el secretario Víctor Villalobos indicó que hablar del maíz y de la necesidad de incrementar su producción nos remite a su vinculación con nuestras raíces, ancestros e identidad nacional, por lo que su cultivo y rentabilidad es parte de los objetivos de este gobierno.
“Estamos vinculados y ligados a esta especie: somos hijos del maíz. Con su domesticación y selección natural y empírica, se incidió en sus características morfológicas, del centro se México hasta Nicaragua. Hoy se cuenta con 46 diferentes razas de maíz en Mesoamérica, y en este proceso la mujer tuvo que ver en la mejora de algunas de las especies”, destacó