México es el séptimo productor mundial de frutas y hortalizas, posee una gran variedad de frutas por lo que al año se producen cerca de 32 millones de toneladas de estos alimentos, según el último reporte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Señala el reporte que las frutas producidas en México que tienen mayor presencia en el mundo son el aguacate, frambuesa, naranja, limón, papaya, fresa y toronja, pero además de estas existen frutos poco conocidos y algunos son considerados raros.
Entre las frutas raras de México se encuentra el choch, un fruto originario de Yucatán que tiene un sabor dulce, es carnoso y su apariencia externa es similar a la de una naranja, sin embargo por dentro es amarillo pálido y no lo encuentras en el mercado, pues no se cultiva, crece de manera natural el Sureste de México.
Otro fruto exótico raro es el rambután, que tiene una apariencia espinosa por fuera y es de color rojizo, mientras que por dentro tiene una pulpa blanca y jugosa de sabor agridulce, tiene una semilla que no debe comerse porque es venenosa.
El Nanche es una fruta originaria de Guerrero que tiene un color amarillo por fuera y se come madura. Su sabor es agridulce y tiene un fuerte aroma cítrico. El nanche es un fruto de temporada que solo se encuentra entre los meses de abril a finales de mayo o junio. Los principales estados productores son Guerrero, Nayarit y Michoacán.
La guaya o huaya es un fruto mexicano de color verde con pulpa color salmón gelatinosa y muy jugosa de sabor agridulce y con propiedades laxantes, se usa comúnmente en ensaladas.
La jaca, jack, yaca o panapén es una fruta exótica a la que se le atribuyen propiedades nutritivas, curativas y afrodisiacas, la cual se vende en las costas de Colima y de Jalisco.
El estado de Yucatán tiene una gran variedad de frutos endémicos que crecen de manera silvestre y que han sido olvidados y han dejado de consumirse, por lo que un grupo de productores e investigadores iniciaron una campaña para volver a sembrar todas estas variedades de árboles frutales.
El proyecto consiste en sembrar alrededor de 25 diferentes tipos de árboles, como choch, tauch, canistel, saramuyo, anona, grosella, nance, naranjita de San José, cajera, de huaya y ciruela.
Se pensó en estos árboles para que sirvan a la comunidad y se rescate el legado que dejaron nuestros antepasados, de lo que se trata es valorar lo que se tenía y se está perdiendo poco a poco. Con este proyecto esperan que otras comunidades hagan la misma actividad y retomen sus frutos endémicos.