Después de que las autoridades de sanidad animal de Colombia detectaran dos nuevos focos de fiebre aftosa y lo notificaran a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), la exportación de productos lácteos se ha visto afectada.
La OIE retiró a Colombia el estatus de zona libre de fiebre aftosa con vacunación y por ello, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) determinó suspender el comercio de productos lácteos procesados originarios y procedentes de ese país, de acuerdo con las regulaciones nacionales e internacionales, orientadas a proteger al patrimonio agroalimentario de plagas y enfermedades exóticas (que no existen en el territorio nacional), y que pudieran poner en riesgo la producción de alimentos en México.
Cabe mencionar que uno de los brotes del virus se descubrió en una finca del caserío de San Faustino, muy cerca de la frontera con Venezuela, en Norte de Santander, y el otro en el Departamento de Cundinamarca, donde se ubican seis plantas procesadoras de lácteos que tenían autorización para exportar sus productos a nuestro país, pero no se llegaron a comercializar durante 2016 y 2017.
La medida adoptada por el SENASICA consiste en la suspensión de las importaciones de leche y productos lácteos, mediante la cancelación de la Hoja de Requisitos Zoosanitarios y el retiro de la autorización a las plantas exportadoras, lo que implica el cierre a estas mercancías procedentes de Colombia.
Es importante destacar que dicha restricción se suma a la ordenada por el SENASICA el pasado 25 de junio, cuando suspendió la importación de pieles crudas y tratadas de bovino, búfalo y caprino, animales susceptibles a contraer la enfermedad.
De acuerdo a un informe difundido recientemente en Bogotá, el Centro Panamericano de la Fiebre Aftosa (Panaftosa), dependiente de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), ha confirmado que el virus encontrado en Colombia es de origen venezolano.
Por otro lado, el Ministerio de Agricultura de Colombia y la Organización Internacional de Sanidad Animal han definido un protocolo para que en unos tres meses se normalice el estatus sanitario del país.