En México la pesca de atún se vio afectada por fenómenos climáticos, lo que originó una baja en la competitividad atunera a nivel internacional, pasó de la onceava a la treceava posición de productor mundial de atún.
Al concluir la veda estacional el pasado 20 de enero dando inicio a la temporada de captura de atún con embarcaciones cerqueras en el Océano, Antonio Guerra Autrey, director general del Grupo Marítimo Industrial remarcó la necesidad de tener un contexto normativo que potencie la competitividad.
La pesca y la acuacultura necesitan de la creación de un marco normativo apropiado a sus necesidades que potencie su competitividad, apoye y fomente las prácticas sostenibles, proteja y garantice el futuro de todo el sector y fomente el consumo de pescados y mariscos a escala nacional.
Aparte, la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA), órgano desconcentrado de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), señala que la pesquería de túnidos (atunes y similares) es la segunda en importancia en México, tanto por la producción pesquera, como por su valor.
Además de que es una pesca sostenible, lo cual ha sido reconocido por la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En materia de comercialización de esta especie, se exportaron 47 mil 282 toneladas, que originaron una derrama económica de 230 mil 358 dólares.
El consumo nacional de este producto durante 2017 fue de 166 mil 414 toneladas, que representan 1.35 kilos per cápita. En el mismo periodo se obtuvo una producción de 61 mil 800 toneladas de esta especie.
La Dirección General de Ordenamiento Pesquero y Acuícola señala que el periodo de veda fue notificado mediante el acuerdo por el que se establece prohibición temporal para la pesca comercial de atún aleta amarilla (Thunnus albacares), patudo o atún ojo grande (Thunnus obesus), atún aleta azul (Thunnus orientalis) y barrilete (Katsuwonus pelamis) en aguas de jurisdicción federal de Estados Unidos Mexicanos del Océano Pacífico.