Los tomates expelen un aroma que les protege de los ataques de las bacterias. El compuesto, denominado Hexenyl butyrate (HB), tiene un gran potencial para proteger a los cultivos frente a infecciones o eventos climáticos extremos, según ha demostrado un equipo del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (Universidad Politécnica de Valencia – CSIC).
Los resultados del trabajo, en el que también ha colaborado el Departamento de Ciencias Hortícolas de la Universidad de Florida (EE UU), se han publicado en la revista Frontiers in Plant Science.
“La aplicación de este compuesto en campo permitiría al sector disponer de una nueva estrategia natural para mejorar el rendimiento de los cultivos. Los tratamientos protegerían a los cultivos frente estreses bióticos y abióticos de una forma sencilla, barata y muy eficaz”, destaca Purificación Lisón, una de las autoras.
El compuesto es capaz de cerrar estomas, que es la clave en la protección de la planta. Según apuntan los investigadores, no existe ningún producto en el mercado con estas propiedades, de ahí su importancia para el sector agronómico.
Destaca además por su facilidad de uso, ya que, al tratarse de un compuesto volátil, puede aplicarse tanto pulverizándolo sobre la planta, como en dispositivos difusores.
Entre sus propiedades, este compuesto destaca también por su nula toxicidad, ya que su uso está aprobado también en alimentación, y bajo coste. Además, su síntesis es muy sencilla y, según las pruebas realizadas en laboratorio, es muy eficaz y no se requieren grandes dosis.
También puede proteger otros cultivos
Los autores han demostrado que el tratamiento de plantas de tomate con dicho compuesto produce el cierre estomático y las protege frente a la infección por la bacteria Pseudomonas syringae, aumentando así su resistencia a la misma.
También han observado que las plantas de tomate tratadas son más tolerantes a la sequía. Y han confirmado su eficacia para producir el cierre estomático en diversas especies vegetales, en concreto de las familias del tomate, maíz, alfalfa, cítricos y tabaco.
“Esto es lo que hemos demostrado hasta ahora, pero el potencial de este compuesto es enorme. Podría servir como barrera protectora no sólo frente a situaciones de sequía, sino también para proteger a las plantas de otras infecciones provocadas por diferentes patógenos cuya puerta de entrada sean los estomas”, destaca Lisón.
Otra de sus aplicaciones podría ser el control de los procesos del desarrollo y maduración. En este caso, los tratamientos con el compuesto podrían utilizarse para conseguir, de manera controlada, que las plantas tratadas entrasen en una especie de letargo inducido, ya que el cierre estomático lleva consigo el retraso en los procesos del desarrollo.
Esto podría proporcionar al agricultor una nueva estrategia para el control de los momentos de recolección, adaptándose mejor a las necesidades del mercado.