Hubo pérdidas del 3% al 4,5% en las Bolsas de Asia y de casi el 2% en Europa. Miedo a una espiral proteccionista.
La amenaza de una guerra comercial entre Estados Unidos y China, y sus impredecibles consecuencias en la economía global, volvió a desatar ayer el temor en los mercados mundiales que se vieron sacudidos por una baja generalizada.
La crisis se incrementó con el temprano anuncio del Ministerio de comercio chino de aplicar aranceles del 25% a la carne de cerdo y del 15% a los tubos de acero, frutas y vino procedentes de Estados Unidos, como réplica a la ofensiva comercial de Washington. En total elaboraron una lista de 128 productos estadounidenses que se verán afectados por las medidas, aunque no se ha establecido una fecha para su entrada en vigor.
Beijing responde así al decreto firmado el jueves por el presidente estadounidense Donald Trump, que prevé imponer a China tasas aduaneras, entre otras medidas, por hasta 60.000 millones de dólares, con el argumento de las prácticas comerciales injustas por parte del país asiático y el “robo” de propiedad intelectual.
Pese a que Estados Unidos exceptuó por el momento a los países europeos de su decisión de imponer aranceles sobre sus importaciones de acero (25%) y aluminio (10%), los mercados del viejo continente reaccionaron también a la baja ante el temor de que la guerra comercial frene el crecimiento económico global.
La Bolsa de Fráncfort, en la que tienen mucho peso las grandes empresas exportadoras alemanas. encabezó la lista de pérdidas con una caída del 1,77 %, seguida por París que cerró a la baja un 1,39%. Londres perdió 0,44%, Milán 0,49% y Madrid 0,99%.
La aversión al riesgo de la renta variable ante una eventual guerra comercial entre las dos principales economías del mundo llevó a los inversores a orientarse sobre todo hacia las divisas consideradas refugio: el oro o la deuda pública europea.
El yen japonés y el franco suizo se revalorizaron considerablemente frente al dólar y, en menor medida, frente al euro. La moneda japonesa alcanzó su máximo desde finales de 2016, mientras que el oro aumentó su precio hasta más de 1.340 dólares la onza, con lo que marcó su máximo en más de un año.
Wall Street, que el jueves había cerrado 3% abajo, arrancó en alza. Sin embargo, con el corres de las horas comenzaron los vaivenes para terminar cerrando un 1,7% negativo.
Los analistas se encuentran divididos respecto a la posibilidad real de que se llegue a desatar una guerra comercial entre EE.UU. y China. Algunos consideran que las posiciones actuales responden más bien a un intento de ganar posiciones para una negociación comercial, que podría acabar incluso con el levantamiento de algunos aranceles ya existentes.
Otros advierten, sin embargo, que en una situación de gran volatilidad como la actual cualquier cosa es posible si se concreta la amenaza de un conflicto de esta índole.
El temor mayor, según explican los analistas financieros, es que se desate una espiral de sanciones proteccionistas. “Esto no augura nada bueno y va a penalizar a las economías de los dos países”, opinó Li Daxiao, analista de Yingda Securities.
Más allá de las tensiones comerciales, los mercados temen un “cóctel envenenado” compuesto por “incertidumbre política, agresividad del banco central de Estados Unidos y estrés en el mercado del crédito”, enumeró Jochen Stanzl, de CMC Markets.