Las importaciones de jitomates mexicanos a Estados Unidos han aumentado en casi el triple desde el año 2000, mientras que la producción estadounidense ha caído 40% en el mismo lapso, demandó Reggie Brown, vicepresidente ejecutivo de Florida Tomato Exchange a la Comisión de Agricultura de la Cámara.
Señaló que la producción estadounidense de tomate fresco está en serio declive gracias al Tratado de Libre Comercio (TLC), el cual los ha perjudicado severamente. La clave para algunos agricultores de Estados Unidos es demostrar si los productores mexicanos o canadienses venden jitomates, mora azul, aguacates y otros productos a un precio muy por debajo del precio promedio; si realizan prácticas “dumping”.
Bajo la ley actual, los agricultores tienen que probar que un producto extranjero ha sido vendido a un precio injustamente bajo durante tres años y que ha dañado a la industria en todo el país, no solo a un estado o región en particular.
El gran cambio propuesto en la renegociación del TLCAN significaría que los agricultores solo tendrían que demostrar que los productores extranjeros estaban realizando dumping durante unos meses o una temporada. Además, únicamente tendrían que demostrar que su estado o región local fue afectado, no toda la industria nacional.
El cambio reduciría significativamente los requisitos para que Estados Unidos imponga aranceles sobre los alimentos importados. Eso, en última instancia, haría que algunas frutas y verduras fueran más caras en el supermercado o que se elevaran los precios del menú en los restaurantes.
En su lista de objetivos, el gobierno de Trump indicó su apoyo a los agricultores del sur, que compiten directamente con los productores mexicanos porque cosechan muchos de los mismos cultivos y que crecen durante la misma época del año.
Los partidarios dicen que el cambio ha sido necesario desde hace mucho tiempo debido a que los agricultores mexicanos han inundado el mercado estadounidense con frutas y verduras baratas. Eso es resultado de subsidios del gobierno mexicano, mano de obra barata y aumento de la producción, dicen.
Los críticos del cambio propuesto dicen que expone a las compañías estadounidenses a aranceles y demandas. Después de todo, las reglas irían en ambos sentidos, ya que los agricultores mexicanos y canadienses podrían usar los aranceles si una exportación estadounidense, como el maíz, estuviera siendo objeto de dumping en su país.
Los agricultores mexicanos de maíz perdieron mucho con el TLCAN, ya que cientos de miles de agricultores se vieron obligados a abandonar sus tierras cuando no pudieron competir con los envíos los de agricultores de maíz hacia México.
Los opositores al cambio de reglas también argumentan que los productos frescos a veces tienen que ser vendidos a un precio bajo. Puesto de manera simple, algunos años hay más productos que otros.
Cuando hay excedente de cosechas no se puede tirar el producto, por consecuencia tienen que bajar el precio, pero si se vende a este precio más bajo, se corre el riesgo de que se accionen las disposición y se les acuse de dumping.
Las conversaciones del TLCAN comenzaron en agosto y están programadas para continuar hasta por lo menos diciembre. Trump dice que si Estados Unidos no puede llegar a un acuerdo mejor para los trabajadores estadounidenses, se retirará del TLCAN.