La industria agrícola de California enfrenta una reducción de la oferta de mano de obra debido tanto a las políticas migratorias del Gobierno del presidente Donald Trump como a una mejora en la oferta de trabajo en México.
El mayor control y estricta aplicación de las leyes de inmigración han supuesto una reducción del 26 % en la detención de inmigrantes indocumentados en la frontera sur del país, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés), la cifra más baja en los últimos 45 años.
Edward Taylor, experto en recursos agrícolas irregulares de la Universidad de California Davis, explicó a Efe que junto a esta mano dura de la Administración Trump los cambios económicos y sociales en México ejercen «presión» para que menos jóvenes trabajadores decidan «buscar fortuna» en los campos de Estados Unidos.
«México está pasando actualmente por algunos de los procesos que sucedieron en EE.UU. a mediados del siglo pasado, con un cambio del empleo agrícola hacia la industria y los servicios», anotó el experto.
Según cálculos de Taylor, anualmente el número de trabajadores agrícolas de las áreas rurales de México cae en unas 150.000 personas, lo que hace que tanto ese país como EE.UU. tengan que competir por esa mano de obra.
No obstante, para Mark Krikorian, director ejecutivo de CIS, Centro para Estudios de Inmigración (CIS), entidad que promueve un mayor control a la inmigración ilegal, una aplicación más estricta a las leyes beneficia también a los mismos trabajadores inmigrantes y a los estadounidenses.
«Si aplicamos más estrictamente las reglas de inmigración habrá menos trabajos agrícolas ,pero estarán mejor pagos», señaló en una declaración enviada Efe Krikorian.
De esa forma, «serán más estables y consistentes con más trabajos regulares. Ésa debe ser la meta. Grandes aumentos en la productividad individual», para lograr empleos más estables, dijo.
Las condiciones de trabajo en los campos de California son otro de los factores que desmotivan a los jóvenes, ya sean estadounidenses o inmigrantes.
«Estados Unidos ya no atrae para venir a trabajar en el campo por las largas jornadas de más de 10 horas bajo un sol inclemente, el reducido pago por producción y los muy elevados costos de la vivienda», opinó Ramón Rodríguez, sociólogo del Centro de Servicios para Pobreza y Marginación de California.
Por lo mismo, los jóvenes estadounidenses y también quienes entran al país en forma ilegal buscan trabajar en empleos de aseo, limpieza y otros servicios, ubicándose en las ciudades más que en los campos de cultivo.
Por otra parte, la tecnificación ha permitido el desarrollo de una tecnología que reemplaza paulatinamente la mano de obra al aumentar la eficiencia de los procesos agrarios.
Para Taylor, incrementar el uso de la tecnología en los procesos agrícolas es más viable que tratar de aumentar salarios y mejorar las condiciones de trabajo para atraer jóvenes estadounidenses a los campos.
«Deberíamos desarrollar nuevas máquinas agrícolas incluyendo cosechadoras mecánicas y usarlas en los campos en lugar de pagar salarios que sean suficientemente elevados para atraer a los campos a los jóvenes nacidos en el país», señaló el investigador.
Adicionalmente, la reciente sequía que asoló a California entre 2012 y 2017 afectó la producción agrícola, reduciendo el área sembrada y desplazando a los trabajadores agrarios hacia otros estados del interior del país.
Otra sequía anterior, también influyó para disminuir la oferta de mano de obra agraria.
«Entre 2002 y 2014 el número de trabajadores de la siembra de los cultivos en el estado disminuyó en cerca de 85.000, llevando a una reducción en el número de trabajadores disponibles para labores difíciles como surcado, siembra y cosecha», destacó en una declaración enviada a Efe Manuel Cunha, presidente de la Liga Nisei de Agricultores.
La falta de acción del Congreso para decidir sobre los inmigrantes ilegales en los últimos 10 años ha sido igualmente un factor que ha limitado la llegada de jóvenes inmigrantes a los campos, según Cunha, que consideró esta inacción como una «traición» a los hombres y mujeres que trabajan duramente» en los campos.