Bianca Moebius-Clune, directora de Salud del Suelo, pidió a sus trabajadores en un correo electrónico fechado el 16 de febrero que usaran «condiciones meteorológicas extremas» en vez de «cambio climático» y «desarrollar la materia orgánica del suelo, aumentar la eficacia del uso de nutrientes» en vez de «reducir gases de efecto invernadero».
Muchos empleados se mostraron preocupados por esta misiva, pidiendo que se les proporcionara un listado exacto de los términos a usar. Algunos se opusieron a esta política, defendiendo la integridad científica como la base de su trabajo.
El pasado 1 de junio, el presidente Trump anunció la retirada de EE.UU. del Acuerdo de París, justificando su decisión por las consecuencias financieras y económicas que dice que este conlleva. Luego aclaró que buscará nuevas condiciones para que su país vuelva a unirse al pacto contra el cambio climático.
Trump ha cuestionado reiteradamente la veracidad de los estudios sobre el calentamiento global. Las menciones sobre el cambio climático han sido borradas de las webs de la Casa Blanca y del Departamento del Interior, y la Agencia de Protección Medioambiental eliminó en abril una sección entera dedicada al clima hasta que se realice una revisión para «actualizar el lenguaje conforme al enfoque del nuevo liderazgo».