Alrededor del mundo existen aproximadamente 200 zonas muertas en los océanos, estas son extensiones de mar carentes de oxígenos, el cual es indispensable para que haya vida; esto se debe al uso de fertilizantes en la agricultura, y se expandirán si no se reducen el uso de agroquímicos y petróleo, afirmó el experto en sustentabilidad Javier Riojas, de la Universidad Iberoamericana (Ibero).
«Los químicos que se usan en la agricultura vienen del petróleo, mientras sigamos produciendo los fertilizantes de esa manera y utilizándolos tan irresponsablemente van a seguir proliferando estas zonas muertas», aseguró.
Estos espacios sin oxígeno en el agua son extensiones tan altamente contaminadas, sobre todo por químicos que vienen de la agricultura, que hacen que proliferen sin control algunas especies de algas que se apropian de todo el oxígeno de esa zona acuática, indicó.
Aseguró que esto provoca que el resto de las especies que vivían ahí mueran, por eso se les conoce como zonas muertas. La química de la zona sufre tal transformación que solo logra subsistir una especie que se nutre de esos contaminantes de los químicos agrícolas, explicó.
Dijo que esto impacta en los distintos ecosistemas del mundo, que forman parte de una cadena global, pues señaló que aunque se esté contaminando en un territorio, impactará en otros lugares del mundo.
«La gran mayoría de contaminantes de la ciudad y del campo van a dar a los ríos, ya sea por el desagüe o mediante el drenaje de las ciudades, o por las lluvias que llevan los contaminantes químicos a los ríos, los mismos ríos que finalmente van a parar al mar», detalló.
Una de las consecuencias de la aparición de estas zonas muertas es que muchos organismos que perecen son encargados de capturar el dióxido de carbono (CO2) y de regular el clima global.
«Al haber más zonas muertas, hay menos captura de CO2 y el problema del cambio climático se acentúa. Y no olvidemos que ese problema nos afecta a todos», aseguró.
A juicio del experto, para frenar esto habría que empezar a dejar de depender de los combustibles fósiles y apostar por energías limpias.
Asimismo, aclaró que el inconveniente con este tipo de combustibles como el petróleo no es solo el uso, «sino que cada vez demandamos más de esa energía».
Para evitar el uso de agroquímicos, Riojas apostó por mirar a alternativas más sustentables como la agricultura orgánica.