Así coincidieron el director de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), Juan Carlos Anaya; el presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), Juan Cortina Gallardo; y el director del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), Bram Govaerts.
Advirtieron que el país tiene problemas en producción de granos y oleaginosas.
El Inegi dio a conocer ayer que las tortillas de maíz se encarecieron en promedio 17.7% en enero de este año frente al mismo mes de 2021, la mayor alza de la última década, desde febrero de 2012, cuando su precio subió 18.2%.
Por una parte, Anaya destacó que “no somos superavitarios en granos y oleaginosas, es nuestro talón de Aquiles”.
El valor de las importaciones de granos y oleaginosas se mantuvo entre 2018 y 2020 en 9.8 mil millones de dólares, pero la cifra subió durante 2021 a casi 14.4 mil millones y se proyecta que llegue a casi 15 mil millones en 2022.
Sin embargo, el valor de la producción estimado para este año ronda 13.2 mil millones de dólares, es decir, menos que las importaciones de granos.
Destacó que el índice de autosuficiencia del maíz es de 61% y trigo, 44%, lo que contrasta con el de sorgo, de 98%, y frijol, 93%.
Para 2022 “vamos a producir 41 millones 442 mil toneladas y vamos a consumir 85 millones 16 mil toneladas, solamente estaremos produciendo 49%, hay mucho por hacer para aumentar la productividad”, expuso Anaya.
“Nos debe preocupar la dependencia en oleaginosas, somos el segundo importador de maíz después de China; en trigo el noveno; en sorgo el 21; y en soya el segundo, detrás también de China; y en frijol somos séptimo”.
En tanto, Cortina Gallardo advirtió que la falta de apoyos para la agricultura comercial va a provocar un incremento de la dependencia de granos y oleaginosas del exterior, pues hay una superficie sembrada menor que en años pasados. Al respecto,
Govaerts alertó que vienen sequías ligadas al fenómeno de La Niña durante la primavera de 2022, sobre todo en la producción de temporal.
“Veo grandes retos en México, tiene que aumentar la productividad para reducir las importaciones”, pues hay importantes diferencias entre la producción de zonas tecnificadas y las demás.
Explicó que, en medio de la pandemia, “no queremos generar una pandemia de hambruna” y hay que enfrentar mayores costos de producción, por el incremento de precios de fertilizantes, transporte, entre otros.
Fuente- El Universal