Algunos agricultores orgánicos tradicionales en Estados Unidos se están rebelando contra los actuales estándares del gobierno para definir si un producto es orgánico _alegando que ha habido una dilución de los estándares de este tipo de alimentos_, al crear su propio programa de certificación. Su programa, por ejemplo, busca excluir la agricultura hidropónica y las grandes explotaciones ganaderas que no ponen a sus animales a pastar.
Alrededor de 15 agricultores y científicos de todo Estados Unidos se reunieron en Vermont a finales del mes pasado para crear los estándares para el programa adicional de certificación orgánica, que esperan implementar a nivel nacional como piloto en los próximos meses.
Los compradores de alimentos orgánicos podrían notar etiquetas adicionales en el tercer trimestre que les dirán si un tomate fue cultivado en tierra o en agua. La idea es decirles si sus opciones son acordes con lo que el grupo rebelde de agricultores y científicos consideran el verdadero espíritu del movimiento orgánico.
Según el actual programa del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, la etiqueta orgánica significa que un tomate ha sido producido sin sustancias sintéticas _con algunas excepciones_ y sin el uso de ciertos métodos, como la ingeniería genética. La etiqueta adicional, que todavía no tiene nombre ni definición, indicaría que un tomate fue cultivado en tierra y que la carne y los productos lácteos proceden de granjas que pastorean sus animales.
Un inspector independiente del gobierno certificará si una finca ha cumplido con las normas adicionales, con lo que las fincas _no los distribuidores_ agregarán la nueva etiqueta.
La medida se produce cinco meses después de que la Junta Nacional de Normas Orgánicas _que asesora al Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA)_ votó en contra de una propuesta de excluir a la hidroponía y a la acuaponia del programa de certificación orgánica del USDA.
La hidroponía es el cultivo de plantas en agua, sin necesidad de tierra, mientras que la acuapónica es la producción de plantas y animales acuáticos, como los peces, dentro de un solo sistema.
«Creo que muchos agricultores, especialmente los jóvenes, sienten que la etiqueta orgánica ya no describe la forma con la que cultivan, y estamos tratando de recapturar eso», explicó Linley Dixon, un agricultor de hortalizas en Durango, Colorado, y científico del Instituto Cornucopia, que también forma parte de la junta de estándares del llamado Proyecto Orgánico Real.