Abriéndose paso entre los edificios y los coches llega a las ciudades la agricultura. Y es que en un contenedor, de apenas 33 metros cuadrados y situado en el corazón de París, unos jóvenes han decidido llevar a cabo un proyecto ecológico.Más de 900 plantas de fresa como cultivadas bajo la luz de múltiples led de colores. Dicen que de esta manera su tienda cuenta solo con fresas listas para llevar a la boca y no las verdes que llegan tras más de 2.000 kilómetros de viaje. El precio, pagamos el doble que si cuando metemos en la cesta las fresas tradicionales. A su favor, que contienen hasta diez veces más de vitamina C. Desde ahora ya podemos comer esta fruta sin movernos de casa y sin tener en cuenta la temporada de la fresa.
