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Cómo elegir pescado esta cuaresma

El abasto de pescados y mariscos para los periodos de cuaresma y semana santa se encuentra garantizado con la comercialización de más de cien especies de producción nacional en toda la República Mexicana. Este año los productos tienen precios accesibles que van de los 20 a los 84 pesos por kilogramo, a excepción del robalo y el huachinango que se comercializan de 135 a 150 pesos el kilo, provenientes del Océano Pacifico, del Golfo y el Caribe mexicano.

Sin lugar a dudas, todos los mercados y tiendas estarán saturados de pescados y mariscos de muchas especies, variedades y precios; asimismo habrá una gran cantidad de pescado importado de China, quienes concentra la quinta parte de las importaciones, Honduras y Estados Unidos; productos que en muchos casos, tienen ya un largo tiempo congelados, perdiendo sus propiedades nutritivas y en ocasiones en mal estado.

Por eso, se debe tener cuidado al momento de comprar pescado, ya que es muy fácil que se eche a perder al desarrolla bacterias por las altas cantidades de proteínas y grasas. Existen muchos factores a considerar a la hora consumir estos productos del mar para evitar comerlos en malas condiciones.

Algo muy importante es adquirirlo en lugares establecidos, higiénicos y donde el producto se encuentre en refrigeración. Además, las agallas deben estar húmedas y de color rojo brillante, por el contrario, si son de color gris o verde y están secas deben evitarse.

Los ojos deben estar saltones, limpios, transparentes y brillantes; si están hundidos y opacos, mejor no lo compre. La textura de la carne al tacto debe estar firme, que al oprimir no se quede sumida; por el contrario evitar la carne flácida, que al tocarla se hunda el dedo o se deshaga. Debe tener un olor agradable, si huele agrio y a amoniaco, evite comprarlo.

Es importante también la conservación en casa, sin excepción deben conservarse en refrigeración en recipientes limpios con tapa o bolsas de plástico herméticamente cerradas y tratar de sacarle el aire al máximo posible; al igual que los platillos preparados, una vez fríos hay que refrigéralos, máximo por dos días. Al consumirlos se deben hervir o calentar muy bien y cerciorarse de que esté en perfectas condiciones.

Hay que procurar adquirir el pescado el día de su preparación y no dejarlo fuera de refrigeración por mucho tiempo.

Fuente: Profeco, SAGARPA, Banco de México

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