La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), a través de la Dirección General de Fomento a la Agricultura de la subsecretaría del ramo, publicó el aviso de apertura de ventanillas para la compra de coberturas de precios incorporadas al esquema de Agricultura por Contrato, ciclo agrícola otoño-invierno del 2018 al 2019 para diferentes entidades y productos, además de incluir sorgo para el ciclo primavera-verano del 2019 en Sinaloa.
El aviso se da justo el mismo día en que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos emitiera su reporte sobre oferta y demanda al mes de abril, el cual, no está por demás decir, dio datos más bajistas de lo que se esperaba, al incrementarle la expectativa de inventarios finales, tanto a nivel mundial como en Estados Unidos, al maíz y al trigo, poniéndole así más leña a la hoguera, ya que el contrato de maíz a julio de este año que cotiza en la Bolsa de Chicago, y que es el que los agricultores de nuestro país usan como referencia para el ciclo otoño-invierno, ha perdido en lo que va del año 5.5%, mientras que el trigo ha retrocedido un espectacular 9.64% y la soya 1.25 por ciento.
El objetivo del Programa de Agromercados sociales y sustentables, anunciado por la Sader, es mejorar las condiciones de comercialización de los pequeños y medianos productores de cosechas nacionales, mediante el otorgamiento de incentivos que les permitan enfrentar con mayor eficiencia el proceso comercial y mejorar su ingreso, incluyendo dentro del programa incentivos para coberturas de precios, con el fin de que los agricultores protejan sus ingresos de la volatilidad de precios.
El volumen susceptible de apoyo será de 10 millones 526,000 toneladas, con un presupuesto de hasta 550 millones de pesos, los cuales se utilizarán para apoyar 7.10 millones de toneladas de maíz, 1.85 millones de toneladas de sorgo, 1.57 millones de trigo cristalino y 6,000 toneladas de soya.
Las modalidades de operación serán las mismas que el año pasado e incluyen la sólo Put con cesión y sin cesión de derechos y la sólo Call con cesión y sin cesión.
Lo que cambió con respecto al año pasado es que el presupuesto se redujo de manera importante, y el subsidio para el costo de las primas de las coberturas será de 50% a fondo perdido en lugar de 75 por ciento.
Otro cambio importante es que, en esta ocasión, la Sader puso como instancia dispersora y ejecutora a la Financiera Nacional de Desarrollo.
En el primer caso, como instancia dispersora, significa que todos aquellos productores que no tengan con quién hacer sus coberturas podrán hacer sus trámites de registro y solicitud de coberturas a través de la propia secretaría, y ésta dará las instrucciones para que la financiera adquiera las coberturas en la Bolsa de Chicago.
Como instancia ejecutora, la Sader da absoluta libertad para que los productores que cuenten con una correduría autorizada por la Financiera Nacional operen sus coberturas directamente a través de éstas y gocen de los mismos apoyos que el resto de los productores, los cuales incluyen el Ingreso Objetivo y 50% de subsidio al costo de la cobertura, ya que, en ambos casos, las coberturas quedarán registradas en un mismo padrón dentro de la Sader.
Entre las ventajas de este último esquema, se encuentra la posibilidad de que la Financiera Nacional le pueda financiar el otro 50% del costo de la prima a los productores, y que éstos tengan control absoluto de sus coberturas al recibir estados de cuenta diarios y confirmaciones de sus operaciones el mismo día que las realizan.
Lo anterior genera mayor derrama crediticia al campo mexicano, inclusión financiera y mayores y mejores posibilidades de recuperación de los créditos que la banca de desarrollo otorga al campo mexicano.
Sin duda, las necesidades son muchas y la cobija es pequeña, pero este tipo de esquemas, en los que trabajan el gobierno federal, la banca de desarrollo y la Iniciativa privada en equipo, posibilitan que los recursos con que se cuenta se potencialicen en beneficio del campo mexicano.