Tras un año de fuertes multas a productores de azúcar como Brasil y Tailandia, China aplica más aranceles a importaciones, informó el Ministerio de Comercio.
En mayo del año pasado, el Gobierno de Pekín aplicó multas a los envíos de azúcar de las principales naciones exportadoras tras años de presión de ingenios locales. Aún eximía a 190 países y regiones con menor producción, fundamentalmente en Sudamérica y el sudeste asiático, como El Salvador y Filipinas.
Esa lista de países exentos ahora ha sido cancelada, según indicó el ministerio el lunes en un comunicado. «Las medidas de protección serán aplicadas de manera uniforme a todas las importaciones de azúcar fuera de cuota», agregó.
China permite la importación de 1.94 millones de toneladas de azúcar por año a una tarifa del 1%, como parte de sus compromisos con la Organización Mundial del Comercio. Los envíos fuera de esos que están permitidos -importaciones fuera de cuota- conllevan un arancel mayor y necesitan permisos especiales.
Presionados por un gran superávit mundial y una creciente producción local, los precios del azúcar se hundieron este año en China, complicando a la mayoría de los productores domésticos y amenazando los esfuerzos de Pekín por respaldar a millones de pequeños agricultores de la pobre región sur de Guangxi y la vecina provincia de Yunnan.
Representantes de la industria pidieron recientemente al Gobierno que «ajuste» los suministros desde los mercados internacionales, en medio del temor a que el exceso de reservas a nivel mundial aumente el contrabando a China. Pero la medida anunciada el lunes sorprendió a la mayoría de los operadores, que no preveían una respuesta rápida de las autoridades.
«Esperábamos que tomaran medidas pero no tan rápido», dijo un operador de azúcar de una casa internacional con sede en Shanghái.