Los avances aplicados a productos naturales permiten nuevos usos de sus componentes o crear variedades con características peculiares
Piel de plátano comestible, envases hechos a partir de cutículas de tomates o aguacates sin hueso son algunos de los productos que la tecnología desarrolla a partir de productos naturales y de la que España es uno de los países pioneros.
En algunos casos, las iniciativas responden a demandas de los consumidores, que reclaman frutas sin semillas (como la sandía, que ya forma parte de la oferta común de los supermercados), sabores adaptados a sus gustos o más contenido nutricional. En otros, son los avances tecnológicos los que permiten aprovechamientos novedosos, como la última investigación realizada en España e Italia para convertir la piel del tomate en un bioplástico para la cubierta interior de las latas o para la fabricación de envases biodegradables.
El aguacate sin hueso se creó en España ante la persistencia de accidentes domésticos a la hora de deshuesar la fruta. Se consiguió con una flor sin polinizar de la que nace un producto alargado, carnoso y de sabor similar al original.
La compañía japonesa D&T Farm ha desarrollado la variedad de banana Mongee, cuya piel externa es comestible. Según la compañía, la cubierta de esta fruta es fuente de serotonina (un neurotransmisor), triptófano (aminoácido), vitamina B6 y magnesio.
La empresa afirma que no es producto de modificación genética y que el cultivo es orgánico. La fina piel comestible se produce haciendo crecer la fruta a -60 grados centígrados y descongelándola lentamente. La presencia de manchas marrones anuncia la madurez del producto, que se recomienda consumir cortado en rodajas.