Con la finalidad de contribuir al desarrollo agrícola del país con alimentos abundantes y sanos, así como colaborar en la sustentabilidad ambiental y el uso eficiente de los recursos naturales, investigadores de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) desarrollan un proyecto denominado Algaelinkages, el cual consiste en producir microalgas como alimento para gallinas con el propósito de obtener huevos enriquecidos con ácido Omega 3.
Las microalgas son organismos unicelulares que producen biomasa gracias a la energía solar en el proceso de fotosíntesis; pueden medir entre 2 y 10 micras y están compuestas por aproximadamente 70% de proteínas, además generan el 85% del oxígeno a nivel mundial, de ahí la relevancia de aprovechar sus bondades y poder innovar en las formas de producción.
Esta tecnología agrícola mexicana tiene la finalidad de crear algas en aguas residuales de invernadero para su aprovechamiento una vez que ya se pudo identificar el tipo de alga que se quiere producir para poder aislarla; posteriormente es sometida a cultivo axénico donde se cuida su inocuidad y poder pasarla a un sistema cerrado de biorrector.
La función de los biorreactores es tener las condiciones óptimas para la producción de la microalga, ya que desde ahí se puede controlar la temperatura, el pH y la inyección de dióxido de carbono. La forma tubular tiene como propósito el aprovechamiento del espacio, pues el microorganismo necesita estar en movimiento en el agua, y son transparentes para permitir el paso de la luz solar.
En el ambicioso proyecto colaboran las universidades holandesas de Wagenigen y VHL de Ciencias Aplicadas, y las empresas United Farms y Rondeel, así como un apoyo del Fondo de Capitalización e Inversión del Sector Rural y de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA).
Esta iniciativa de desarrollo tecnológico tendrá una duración de cuatro años, este primer año se estudió la variabilidad de las microalgas y se hizo la selección de la cepa propicia para cultivarla, en el segundo año, los investigadores se encargarán de optimizar el sistema de producción y los procesos de cosecha.
Una vez concluida esta fase, el tercer paquete de trabajo será, tras obtener la biomasa, enviarla a Holanda para formular una dieta balanceada que se dará a seis mil gallinas y, con ello, medir la eficiencia en la salud del animal y del huevo.
La última etapa consistirá en crear el Laboratorio de Biodiesel en el Campus Amazcala de la UAQ, ahí se tendrá una producción diferente a la que se efectúa en el Agropark, pues será un sistema abierto en donde se generará mayor cantidad de microalgas aunque de menor calidad.