El proyecto fue desarrollado por el egresado de la ingeniería agroindustrial Jesús Morales García y el coordinador de esta especialidad en el campus Amealco de la UAQ, Luciano Ávila Juárez, quien aseguró que este sistema, además de incrementar la producción de este fruto, permite un mayor aprovechamiento del espacio en los invernaderos, asimismo promueve el aumento de fitoquímicos o elementos nutracéuticos en las fresas que se cultivan.
“Este fue el proyecto de tesis de Jesús, que consistió básicamente en dar suplementos de luz a la planta de fresa y un elicitor llamado metil jasmonato (MJ), con la intención de incrementar la productividad y los fitoquímicos en las fresas que ayudan a la prevención de ciertas enfermedades crónico degenerativas en las personas. Una vez que se graduó, lo metimos en el 2015 al Fondo de Proyectos Especiales de Rectoría (Foper) que da recursos a iniciativas que solucionen problemas tanto en la UAQ como en la sociedad en general”, informó.
El egresado de ingeniería agroindustrial, Jesús Morales García, abundó que este proyecto surgió de su interés profesional de relacionar la agricultura con la innovación tecnológica.
En ese sentido, el coordinador de la Ingeniería Agroindustrial en el campus Amealco de la UAQ, Luciano Ávila Juárez, detalló que otro factor de innovación que se propuso para el proyecto fue el diseño de una estructura vertical de cinco niveles, que permite el mayor aprovechamiento del espacio para el cultivo de plantas de porte bajo, como lo es la fresa.
“Se trataba de aprovechar al máximo el espacio, porque normalmente ese es el problema de la agricultura, sobre todo en el cultivo de la fresa en que usualmente se tienen bajos rendimientos por unidad de área. Además retomamos estudios previos respecto al fotoperiodo ideal para la producción de fresas, de ahí que adicionamos unas lámparas que son especiales para plantas”, señaló.
Ávila Juárez explicó que en la estructura vertical de cinco niveles se colocan las plantas en charolas que contienen un sustrato orgánico a base de polvo de coco (Cocos nucifera) y turba orgánica que se suministra mediante un sistema automatizado de riego por goteo con clima controlado, que fue diseñado por estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la propia universidad.
“Una vez que ya tuvimos lleno el invernadero, que tiene una extensión aproximada de unos 666 metros cuadrados, logramos un rendimiento de 380 gramos por metro cuadrado semanal, lo que equivale a unas 160 toneladas por hectárea. La producción convencional de fresa en Michoacán o Irapuato, Guanajuato, es de unas 40 toneladas por hectárea; si contaran con un macrotúnel con irrigación llegarían hasta las 80. Con nuestro sistema podemos llegar a 160 toneladas por hectárea debido a que tenemos cinco niveles hacia arriba, lo que multiplica la producción”, subrayó.
Libres de pesticidas
Otra de las ventajas que ofrece este sistema, de acuerdo con Ávila Juárez, es la inocuidad en los cultivos de fresa del campus Amealco de la UAQ, ya que son regados con agua de lluvia y no requieren la aplicación de pesticidas.
“Eso es muy importante por la fama que se ha creado alrededor de la fresa, desde hace años se habla de cisticercos y otros parásitos en este fruto. La fresa que producimos está libre de todo eso, de hecho, el agua de lluvia que usamos para riego no solo es para la fresa sino para todos los cultivos. Para este tipo de cultivo en particular, se debe agregar un excedente de agua para oxigenar las raíces, nosotros lo reutilizamos en otros cultivos, como de lechuga (Lactuca sativa) o de espinaca (Spinacia oleracea); todo se aprovecha”, sostuvo.
Informó que a raíz del proyecto del estudiante Jesús Morales García, la UAQ registró la marca ¡Qué fresa! para que los frutos de estos cultivos pudieran ser distribuidos en los campus y facultades de la universidad.
“Esta fresa se empaca en envases de 450 gramos y se distribuyen en la UAQ. Los ingresos que generamos, no solo de la fresa sino de los demás productos, sirven también para crear empleos para la gente del municipio de Amealco. Tenemos a nueve personas de tiempo completo que colaboran en la parte de los invernaderos, y los insumos agrícolas que requerimos los adquirimos en el propio Amealco, para mover la economía de la región”, explicó.
Recordó que desde el inicio del proyecto se han generado dos transferencias de tecnología para productores particulares, a través de la marca Tecnología Universitaria (Tuni), de la Facultad de Ingeniería, que diseña sistemas de riego y control de clima para la producción de hortalizas orgánicas de temporada.
“Nosotros ya hemos generado 200 mil pesos aproximadamente por la transferencia de tecnología en los últimos tres años, a través de controles para riego y clima que los mismos estudiantes desarrollan y por la que reciben becas y compensaciones. En la carrera de ingeniería agroindustrial, los alumnos adquieren conocimientos en electrónica enfocada en el desarrollo de sistemas automatizados para procesos agrícolas”, indicó.
Agricultura protegida
De acuerdo con el coordinador de Ingeniería Agroindustrial, existen apoyos federales para el desarrollo de la agricultura protegida en el municipio de Amealco de Bonfil que principalmente han sido enfocados en la producción de jitomate (Solanum lycopersicum), lo que le ha restado rentabilidad a la región dada la sobresaturación del mercado, por lo que la UAQ ha buscado conjuntar esfuerzos entre los productores y autoridades con el objetivo de capacitar y transferir tecnología para la búsqueda de alternativas como la fresa que pudiera contar, incluso, con calidad de exportación.
Al respecto, el egresado del diplomado en cultivo de hortalizas en invernaderos, que organiza el área de Educación Continua de la Facultad de Ingeniería en el campus Amealco, Luis Felipe Samayoa Morán, destacó que este tipo de capacitación permite a los productores adquirir conocimientos que les permitan transitar de esquemas de agricultura tradicional a la agroindustria utilizando herramientas tecnológicas.
“La población rural en todo el país está acostumbrada al sistema tradicional; sin embargo, hay que tomar en cuenta que la agricultura resulta cada vez más complicada, puesto que la tierra ya se encuentra en un proceso de desgaste importante y hay escasez de agua, lo que limita la producción. La agricultura protegida que propone la UAQ, en términos de ciencia y tecnología, ofrece alternativas no solo al campesino o al agricultor sino también a académicos, estudiantes, investigadores y la sociedad en general”, finalizó.
Actualmente, con esta tecnología aplicada a invernaderos, el campus Amealco de la Universidad Autónoma de Querétaro produce jitomate, fresa, chile serrano (Capsicum annuum cv. ‘Serrano Sinahusia’), chile jalapeño (Capsicum annuum ‘Jalapeño’), chile güero (Capsicum annuum), cebolla (Allium cepa), pepino (Cucumis sativus), espinaca, acelga (Beta vulgaris subsp. Vulgaris), betabel (Beta vulgaris), zanahoria (Daucus carota), así como diferentes tipos de lechuga.