Afirma la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que sin el uso de tecnologías para la Protección de Cultivos se perdería más del 40% de la producción; según lo confirma la última Encuesta Nacional Agropecuaria, realizada por el INEGI, donde siete de cada diez productores mexicanos constatan que las pérdidas en la producción se deben a causas climáticas, plagas y enfermedades, siendo éstos los principales problemas que afectan el desarrollo de sus actividades.
Aseguran expertos que las innovaciones en productos de Protección de Cultivos han preservado más de 500 hectáreas de tierra cultivable de maíz, arroz y trigo en América Latina; por tal motivo, la Industria de Protección de Cultivos y Biotecnología es la que destina mayor porcentaje de ventas en inversión para investigación y desarrollo, con un 8.7 por ciento, después de la farmacéutica.
Esto se debe a que según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para el año 2050 la población mundial será de 9 billones de habitantes, los cuales demandarán una mayor cantidad de alimentos. Esto representa un gran reto para el sector agrícola, pues el 85 por ciento de los alimentos deberán ser suministrados por la agricultura y se requerirá incrementar la productividad por lo menos 1.7 por ciento cada año.
Para que esto sea posible, se deberá hacer un uso eficiente del agua, suelos y biodiversidad, por lo que es necesario impulsar la integración de nuevas tecnologías en el campo, tales como protección de cultivos, variedades mejoradas, fertilización y mejores prácticas, bajo un enfoque de Manejo Integrado de Plagas (MIP), las cuales contribuyan a mitigar los efectos del cambio climático.
La investigación y desarrollo de nuevos productos para la protección de cultivos es un proceso de alto riesgo, donde se estima que sólo 1 de 159 moléculas llegan al campo. El riesgo lo asume la Industria de la Ciencia de los Cultivos, ya que para el desarrollo de un nuevo producto se requieren 11 años de investigación, y una inversión anual estimada de 286 millones de dólares, cifra que ha incrementado un 55% desde el año 2000, y es sometido a más de 120 estudios que garanticen su seguridad ambiental, seguridad toxicológica y eficacia agronómica. Para 2019, se estima una inversión de 3, 207 millones de dólares en investigación y desarrollo de nuevos productos.
Después de la farmacéutica, la Industria de Protección de Cultivos y Biotecnología es la que destina mayor porcentaje de ventas en inversión para investigación y desarrollo, con un 8.7 por ciento, seguida de la Industria del Software (8%), la Industria médica (6.1%), electrónica (5.1%) y automovilística (4.3%) .
La ciencia y la tecnología en la agricultura han beneficiado a los agricultores y a los consumidores a lo largo de la historia, y han contribuido a mejorar el potencial agrícola en América Latina. De acuerdo a estadísticas de Crop Life International, con las agro tecnologías se han preservado más de 163 millones de hectáreas de tierra cultivable de maíz en América Latina, y se ha incrementado su producción en un 92 por ciento.
En México, el uso adecuado de tecnologías para la protección de cultivos también ha contribuido a aumentar los rendimientos de maíz, al cual se le destina un 24 por ciento de los 22 millones de hectáreas cultivables en el país. De 2006 a 2015, el rendimiento de maíz en toneladas por hectárea (T/Ha) ha aumentado un 1.7 por ciento, con un volumen promedio de producción de 22,360 millones de toneladas, de acuerdo a estadísticas del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).
Para hacer un uso responsable y eficiente de las tecnologías en el campo, la Industria de la Ciencia de los Cultivos destinó 2 millones de dólares en 2016 para capacitar al agricultor en Buenas Prácticas Agrícolas y técnicas del Manejo Integrado de Plagas (MIP), con lo cual se llegó a 200 mil personas en campo, y más de 5 mil personas capacitadas a través de los cursos virtuales gratuitos, disponibles en la plataforma de Croplife Latinoamérica.
Fuente: PROCCYT