Conseguir que los jóvenes se sientan atraídos por la agricultura como medio de vida es uno de los grandes retos a los que se enfrenta el mundo rural en la actualidad. El proyecto europeo SURE-Farm, en el que participa la Universidad Politécnica de Madrid (CEIGRAM) trata de dar respuesta a los desafíos que ello conlleva desde el punto de vista de las políticas agrarias.
La media de edad de las zonas agrarias europeas aumenta. Según los últimos datos de la Unión Europea, solo el 11% de los agricultores europeos es menor de 40 años. Pero, ¿cómo pueden los responsables políticos revertir esta situación? ¿Hacia dónde deben orientarse las políticas agrarias para impedir un colapso del sistema agrícola? Son algunas de las preguntas a las que trata de dar respuesta el proyecto europeo SURE-Farm, en el que participa la Universidad Politécnica de Madrid (UPM)-CEIGRAM.
Centrado en la investigación de la resiliencia de la agricultura europea, el proyecto europeo SURE-Farm aborda en su última publicación las líneas de actuación política para evitar la despoblación de las zonas rurales y los riesgos que ello podría conllevar de cara a la producción mundial de alimentos.
“Las políticas deben apoyar las condiciones que favorezcan el atractivo del sector agrario fortaleciendo de este modo tanto el relevo generacional como la entrada de nuevos agricultores al sector”, explica el equipo de investigación del CEIGRAM (Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Medioambientales) de la UPM.
“La combinación de una elevada exigencia de tiempo, baja rentabilidad, crecientes controles administrativos y una deteriorada imagen social de la agricultura lleva a que muchos de los potenciales agricultores dejen de considerar esta opción”.
Y es que precisamente un cambio de estilo de vida atractivo en las zonas rurales es el que, según los participantes del proyecto SURE-Farm, puede hacer que los jóvenes inclinen más su balanza hacia el trabajo en el campo. Aunque para ello, advierten, “las políticas deben conseguir que esta opción de vida les resulte lo suficientemente atractiva, mitigando los aspectos negativos sin dejar de hacer hincapié en sus ventajas”.
Favorecer el acceso a la tierra y mejorar la gestión de los riesgos climáticos
Para lograr que el campo resulte una opción de vida atractiva para las nuevas generaciones, la definición de políticas no puede olvidar dos grandes ejes de actuación: facilitar el acceso a la tierra y factores de producción y mejorar la gestión de los desastres climáticos que pueden poner en riesgo las cosechas y con ello, el medio de vida de los agricultores.
“Una política fiscal eficaz y una legislación renovada que se aplique a la gestión y la organización explotaciones agrarias, el desarrollo de un sistema de inversiones y ayudas públicas que favorezcan el trabajo y el cultivo de las tierras y la puesta en marcha de modelos de gestión que permitan la movilidad son fundamentales para lograr una repoblación del campo y una nueva apuesta por la agricultura”, explica el equipo del CEIGRAM y de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas de la UPM.
De la misma manera, para que los jóvenes vean el campo como un medio de vida viable, las políticas deben garantizar cierta protección en lo que se refiere a la gestión de inclemencias y fenómenos climáticos que puedan causar graves daños en las cosechas y explotaciones.
“La puesta en marcha de este tipo de medidas podrían evitar muchas decisiones que acaban con el abandono de las zonas rurales y las prácticas agrícolas o que, aún peor, hacen que no se lleguen ni siquiera a considerar como una opción de vida”, aseguran desde SURE-Farm.
Los investigadores no se olvidan de que la posibilidad de que agricultores puedan acceder a servicios personalizados de coaching y asesoramiento sería muy beneficiosa para favorecer su apuesta por el medio rural y destacan que, finalmente, “lo más importante es que haya una aproximación conjunta de los políticos a nivel nacional, regional e incluso municipal para tomar medidas que favorezcan un cambio de percepción y que las nuevas generaciones apuesten por la agricultura como modo de vida”, concluyen.
Fuente: Profesional Agro