Aprovechar las ventajas comparativas y geográficas son objetivos fundamentales de lo que hoy llamamos nearshoring; para el caso del sector agroalimentario nos referimos a la práctica de establecer y trasladar operaciones agrícolas y de procesamiento de alimentos de empresas extranjeras a México o de empresas mexicanas a regiones cercanas al país o región destino.
El objetivo principal de esta estrategia es aprovechar los beneficios económicos y logísticos de la ubicación geográfica de México, así como su mano de obra calificada y sus recursos naturales.
México tiene una posición geográfica estratégica que lo convierte en un lugar atractivo para la inversión en la industria agroalimentaria. Su proximidad con Estados Unidos, uno de los principales mercados consumidores, y su acceso a otros mercados internacionales, a través de tratados y acuerdos de libre comercio, como el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), brindan ventajas competitivas a las empresas que deciden establecer operaciones en el país.
La región del T-MEC se ha convertido en la región más dinámica del mundo, y en el sector agroalimentario, una región muy complementaria, en donde nuestro país exporta principalmente productos agroindustriales, como lo es la cerveza, el tequila, así como productos hortofrutícolas y productos cárnicos hacia los países socios e importamos productos en donde somos deficitarios, como lo son granos y oleaginosas que al final transformamos en proteína animal, dándole un mayor valor agregado; también importamos algunos otros productos cárnicos para complementar la oferta y la demanda que tenemos en nuestro país.
Ninguno de los tres países podría ostentar un tema de autosuficiencia o de seguridad alimentaria más, sin embargo, como región si podemos garantizar a toda nuestra población el suficiente abasto de alimentos y pudiéramos incluso pensar en proyectos para el desarrollo de productos agroalimentarios competitivos a nivel mundial con la marca “Made in North America” o “Hecho en Norteamérica”.
La diversidad de la oferta agroalimentaria mexicana ha llevado a la creación de cadenas de suministro integradas, en las que se pueden combinar diferentes etapas de producción y procesamiento, desde la siembra y la cosecha, hasta el procesamiento, envasado y la distribución.
El nearshoring agroalimentario en México ha generado empleo y ha impulsado el desarrollo económico en diversas regiones del país, especialmente en las áreas rurales. Las empresas extranjeras que establecen operaciones en México se benefician de costos laborales más bajos, en comparación con sus países de origen, mientras que las empresas mexicanas pueden expandir su presencia en el mercado internacional y acceder a tecnologías y conocimientos especializados.
El nearshoring agroalimentario representa grandes oportunidades de inversión en nuestro país, en infraestructura, energía, desarrollo tecnológico, logístico y de servicios; representa también una gran oportunidad para el fenómeno migratorio, en donde los estados fronterizos se convierten en una barrera natural, ya que, con su crecimiento y desarrollo, ofrecerán enormes oportunidades laborales dentro de nuestro país.
En resumen, el nearshoring agroalimentario en México es una estrategia que busca aprovechar los beneficios económicos y logísticos de la ubicación geográfica del país para atraer inversiones en la industria agroalimentaria y presenta oportunidades significativas; no obstante, también es importante abordar los desafíos relacionados con la sostenibilidad y los derechos laborales para garantizar un desarrollo equitativo y justo en el sector.