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Llega la hora de las ‘hortofactorías’

Montalbán es el director comercial de NGS (New Growing System), una empresa de tecnología e investigación del grupo Primaflor, un consorcio murciano-almeriense que no para de innovar, como otras firmas punteras del sector, y que tiene como objetivo desarrollar la hidroponía recirculante: producir más sin suelo ni sustrato, alimentando el producto con una solución de agua y nutrientes.

Hortofactorías, tecnoagricultura, lechugas de laboratorio, sistemas hidropónicos, cultivos sin suelo… Son conceptos que van ganando terreno y propiciando una revolución callada y paulatina en el sector hortofrutícola de la Región de la mano de centros de investigación, universidades y empresas dispuestos a dar el salto a la Agricultura 3.0 con tecnología digital. Es un paso más de cara al futuro, con avances que se irán implantando poco a poco. No van a sustituir a la agricultura tradicional e intensiva en la cuenca del Segura, pero sí está calando en productos de alto valor añadido y en determinados segmentos de mercado. Los defensores de la Agricultura 3.0 consideran que hay que dar un salto estratégico para los próximos 30 años, procurando un menor consumo de agua y reduciendo el impacto sobre el terreno, haciendo que coexistan el sistema de riego por goteo con los cultivos hidropónicos y sin suelo. La hidroponía abre asimismo un abanico de posibilidades para reducir el impacto de la actividad agrícola del Campo de Cartagena sobre el Mar Menor.

Todavía es testimonial

La extensión de cultivos hidropónicos aún es pequeña y selectiva en la Región, casi testimonial. No así los cultivos sin suelo -sobre sustratos de fibra de coco o lana de roca-, que abundan en las plantaciones de tomates de Mazarrón y Águilas. El hidropónico se emplea más en Andalucía: en las frambuesas de Huelva y en invernaderos de Almería (en 3.000 hectáreas sobre un total de 35.000).

El sector ‘tradicional’ siempre es receptivo a las innovaciones -lo lleva en la sangre porque le ha permitido sobrevivir y consolidarse- pero observa a priori algunos inconvenientes para la implantación masiva del sistema hidropónico, como es la fuerte inversión que se necesita para transformar las explotaciones agrarias, a la vez que duda de que se pueda ahorrar mucha más agua.

La agricultura de la Región de Murcia, Almería y Alicante está a la vanguardia de la innovación, empujada por la escasez de agua y por la necesidad de mantener las producciones y sus cuotas de mercado. Estas exigencias llevan a los productores a seguir avanzando para optimizar más el consumo de agua, fomentar la agricultura limpia y no contaminante, reducir el uso de fertilizantes e incrementar la productividad.

«La agricultura seguirá siendo un negocio, pero más sostenible», apostilla Vicente Martínez, investigador y vicedirector del Cebas-CSIC, que dirige el departamento de Nutrición Vegetal. Considera que los cultivos hidropónicos y sin suelo son el futuro, pero los circunscribe de momento a productos con mucho valor añadido y alta rentabilidad. «No van a sustituir a la agricultura tradicional, pero irán implantándose poco a poco». Sostiene que esta tecnología se irá abaratando e incorporándose al mercado. Cree asimismo que hay que seguir mentalizando a los agricultores y a las administraciones de que hay que ahorrar agua y fertilizantes y minimizar el impacto sobre el suelo. Junto con la universidad y varias empresas privadas, el vicedirector del Cebas dirige un proyecto con varias líneas de investigación para ese triple objetivo.

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