El agrocoin es una moneda virtual, respaldada por la producción y venta del chile habanero. Por 500 pesos, el inversionista puede comprar un metro cuadrado de tierra, el contrato de inversión es forzoso a un año y ofrece rendimientos de 30% anuales que se distribuyen en tres entregas.
“El inversionista no puede retirar su dinero porque la cosecha del habanero tiene ese periodo. Se siembra y crece los primeros cuatro meses y los siguientes ocho da frutos. La venta de la producción se distribuye 80% a Estados Unidos y 20% en el mercado interno”, explica Rodrigo Domenzain, director general de Amar Hidroponia.
A Navar le pareció buena inversión, porque hay un activo productivo detrás de esta moneda virtual: el chile habanero. “No es especulación. Que sea criptomoneda es solo un nombre”, dice Navar. Antes de tomar la decisión de invertir, el contador viajó a Quintana Roo para conocer la zona de siembra y cómo iba avanzando el proyecto. “Necesitaba saber si la empresa en la que iba a invertir existía, si estaba constituida y qué tan factible era que me ofrecieran esos rendimientos”, detalla.
Amar Hidroponia nació hace tres años para impulsar el campo mexicano, su primer modelo para crecer fue a través de las franquicias -una hectárea por 3 millones de pesos-, pero encontró en la pulverización de tierra la manera de financiarse y crecer la producción. Actualmente cuenta con 120 hectáreas, 50 están en producción y 80 en proceso, según Domenzain.
Diego Gorinstein, asesor de inversiones y director general de la consultora Mentor en Acciones, explica que la clave de toda inversión es entender en qué se está invirtiendo, conocer a la empresa o el instrumento en dónde se depositará tu dinero.
“Hay una regla inviolable en las inversiones: a mayor retorno, mayor riesgo”, detalla. En el caso del agrocoin, el riesgo está en que a la cosecha le puede caer una plaga o se puede ver afectada por el clima. Por lo tanto, los rendimientos bajarían, pero los inversionistas no perdería su capital, menciona Domenzain.
Amar Hidroponia lanzó en octubre pasado este vehículo de inversión, actualmente tiene 25,000 agrocoins distribuidos en 400 inversionistas. Gorinstein considera que las criptomonedas tienen la fama de ser poco transparentes en su operación, sin embargo, Domenzain explica que al invertir en agrocoins la empresa solicita datos personales, incluso fiscales para tener identificados a sus inversionista.
El director general de Mentor en Acciones advierte sobre cómo algunas empresas atraen inversionistas con el hecho de cambiar su nombre a la terminación “coin” o “blockchain”, para montarse a esta tendencia.
Fuente: Expansión