El gusano cogollero del maíz sigue propagándose a áreas cada vez mayores de los países del África Subsahariana y se vuelve más destructivo, a medida que ataca a más cultivos y a diferentes partes de las plantas, y aumenta su apetito por el sorgo y el mijo, además del maíz.
La plaga podría extenderse a África del Norte, Europa Meridional y el Cercano Oriente, según advirtió hoy la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). La Organización ha pedido que se intensifique de forma generalizada la campaña contra el gusano, también denominado “oruga tardía” (Spodoptera frugiperda), con la idea de entrenar a más de 500 mil agricultores a gestionar la plaga a través de Escuelas de campo para agricultores en el África Subsahariana.
Hasta la fecha, la FAO ha invertido más de nueve millones de dólares de su presupuesto regular y movilizado 12 millones para sus programas para combatir el gusano cogollero.
La plaga apareció por primera vez en el continente en 2016, en África Occidental. En la actualidad, se ha extendido rápidamente por el África Subsahariana, y ahora solo diez países, la mayor parte en África del Norte, no están infestados.
Los pequeños campesinos, la inmensa mayoría de las decenas de millones de productores de maíz del África Subsahariana, son los más afectados por el gusano cogollero, y cualquier daño adicional infligido por la plaga tendría consecuencias drásticas en sus vidas.
Por ejemplo, si el 20 por ciento de su producción anual de maíz se perdiera a causa del gusano cogollero, resultaría en un déficit de 16 millones de toneladas de este cereal, por valor de casi cinco mil millones de dólares.
En la reunión, los socios que aportan recursos destacaron la función de coordinación de la FAO para combatir el gusano cogollero y apoyaron su enfoque del manejo integrado de plagas (MIP), que implica gestionar la amenaza del gusano cogollero de manera eficaz y sostenible a escala económica y ambiental.