En la actualidad el transporte de alimentos ya no es un tema que pasa desapercibido, sino que la calidad de éste debe ser excepcional para que pase todos los rigurosos exámenes pertinentes y siga la legislación vigente.
Gracias al transporte de alimentos se puede disfrutar de casi cualquier alimento que se produzca en cualquier sitio del mundo, y lo mejor de todo es que la gente es consciente de que el alimento que está tomando, pese a venir de muy lejos, cumple con los estándares de calidad.
Para que este hecho ocurra y se confíe en la calidad suprema del transporte de alimentos, hay que remontarse al año 1970, exactamente al día 1 de septiembre, donde en Ginebra se produjo el “Acuerdo sobre transportes internacionales de mercancías perecederas y sobre vehículos especiales utilizados en estos transportes (ATP)” que finalmente entró en vigor en el año 1976 y se va renovando de manera regular. Aunque en un principio se realizó el acuerdo para el transporte nacional, desde 2005 también se aplica al transporte de alimentos en territorio nacional.
Por lo tanto, a raíz de este acuerdo todas las empresas que se dedican al transporte de alimentos, o a lo largo de su cadena de suministros transportan alimentos, deben cumplir rigurosamente todos los requisitos que en él se exigen.
En el mundo actual uno de los alimentos que más se transportan son las comidas preparadas, y debido al tipo de público al que van dirigidos, mayoritariamente ancianos y niños por las guarderías y los hospitales se hace necesaria una calidad máxima. El control por parte de las entidades de salud pública de este tipo de transporte es mucho más riguroso y las empresas deben hacer frente a tales obligaciones.
El caso del transporte de alimentos preparados
Una de las exigencias que demandan las entidades públicas de salud a las empresas que transportan alimentos preparados, es la temperatura a la que el transporte de alimentos debe estar.
- Alimentos congelados: ≤ -18ºC
- Alimentos refrigerados con una vida menor a 24h: ≤ 8ºC
- Alimentos refrigerados con una vida mayor a las 24h: ≤ 4ºC
- Alimentos calientes: ≥ 65ºC
La cadena de logística del transporte de alimentos preparados consta de tres etapas en las cuales si se produce cualquier error puede acarrear consecuencias muy graves para la salud pública. Hoy en día ninguna empresa puede correr estos riesgos, así que las tres fases deben ser inmejorables.
- Elaboración: Las empresas que se dedican al transporte de alimentos preparados planifican la producción o la adquisición a los fabricantes según el itinerario que se va a llevar durante la distribución. Se cargan en contenedores isotérmicos lo más llenos que se puede para que la pérdida de temperatura sea la mínima. Seguidamente se colocan en los vehículos que realiza el reparto.
- Transporte: El transporte de alimentos preparados no es necesario que se lleve en vehículos ATP según el convenio ATP, ya que no se consideran alimentos perecederos. Pero, sí es obligatoria una colocación específica de los alimentos transportados para que no lleve a una posible contaminación o a la pérdida de hermeticidad del envase.
- Punto de consumo: Es la fase más importante de todo el proceso. A la llegada del transporte de alimentos preparados se debe contrastar que los envases están en perfectas condiciones y si hubiera cualquier tipo de percance hay que contactar con la empresa distribuidora para que aplique un plan que elimine cualquier riesgo para la salud. Posteriormente se colocarán en cámaras o frigoríficos los alimentos fríos y en una mesa caliente los alimentos calientes hasta que lleguen al consumidor final.