Los agroyuppies de la primera generación, los mismos que negociaron el capítulo del campo mexicano en el Tratado de Libre Comercio en 1993; diseñaron la apertura, la instrumentaron, y sentaron las bases para que durante más de 20 años rindiera beneficios a los productores mexicanos, celebran que el Gobierno de la República, a través de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), haya implementado un plan estratégico de diversificación de mercados que abarca más de 160 países, como respuesta a las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de modernizar, modificar y hasta “darle cuello” al TLC.
Sin embargo, aquéllos consideran que dicho PLAN ES SOLAMENTE “jarabe de pico”. Vean por qué:
El titular de la SAGARPA, José Calzada Rovirosa, y el Vocero del Gobierno de la República, Eduardo Sánchez Hernández, afirmaron que las acciones del PLAN no están dirigidas a productores o consumidores de nuestros socios comerciales, sino que corresponden a un plan de trabajo gubernamental para estar mejor preparados ante los cambios en las políticas públicas de Estados Unidos. ¡Ah bueno! Exclaman los observadores del agro.
Los funcionarios argumentan que abrir opciones comerciales con otros países, tanto para la exportación como en la proveeduría de insumos dirigidos al sector agroalimentario, además de beneficiar a los productores nacionales, nos hace llegar más fortalecidos a una negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
A ver, a ver, a ver…acotan los agroyuppies. ¿Vamos a asustar con el “petate del muerto” a nuestros principales socios comerciales, y decirles que si ponen trabas a nuestros productos agropecuarios nos vamos a “asociar” con otros países que no nos ponen trabas?
Bueno, el secretario de Agricultura responde a esas inquietudes señalando que, en esta nueva estrategia de diversificación de mercados agroalimentarios, se busca la vinculación de los pequeños y medianos productores del país en las cadenas de valor agregado, a través de incentivos productivos enfocados a transitar de volumen a valor. No dijo cuáles serán esos incentivos, porque se sospecha que nada más está vendiendo ilusiones.
Se concretó a decir que, entre las acciones a desarrollar en la estrategia de diversificación, sobresale la organización de 15 misiones comerciales a México con cerca de 180 compradores internacionales de 40 países, lo que significará ventas por el orden de los mil millones de dólares en productos nacionales. El plan prevé abrir una representación de la SAGARPA en Moscú, Rusia, nación que ofreció a México comprar 300 mil toneladas de carne de bovino, cantidad equiparable a todo el producto pecuario que el país exporta al año. Asimismo, se instalará una oficina de la dependencia federal en Dubái, con el propósito de reforzar el comercio en países de la Península Arábiga, que en conjunto importan más de 52 mil millones de dólares en alimentos, de los que México les vende aproximadamente el uno por ciento. Además, se realizan encuentros bilaterales para fortalecer la relación comercial entre México y China, con avances en la exportación de tequila, berries y carne de porcino, entre otros productos, y se iniciaron trabajos con los servicios sanitarios de 15 países para la exportación de 13 productos de origen animal.
Hagan cuentas y comparen lo que se pretende vender a esos países con el superávit de 2016 de más de 6 mil millones de dólares en la balanza comercial con los Estados Unidos.
¡No se hagan bolas! Exclaman los agroyuppies que trabajaron con Carlos Salinas de Gortari en el TLC. Nos vamos a tardar otros 20 años abriendo y conquistando esos nuevos mercados que “descubrieron”.
Perplejos se quedaron los agroyuppies de todas las generaciones cuando se enteraron que el Colegio de Ingenieros Agrónomos de México A.C. (CIAM) que dicha institución se encuentra en decadencia a causa de la mala administración y posible desvío de recursos, según denuncias de dos ex presidentes de esa cuasi sagrada institución que ha sido baluarte en los campos de investigación, desarrollo regional, tecnología, economía y demás áreas donde la agronomía tiene impacto.
Según César Turrent Fernández y Sergio Rubén Samaniego, expresidentes del colegio, cuentan con documentos que avalan dichas irregularidades, además de referir que las inconsistencias se han presentado a partir de la permanencia injustificada de un mismo presidente, lo que generó omisiones en las participaciones de dicha institución en el desarrollo rural. A decir de los exfuncionarios, Ernesto Guajardo Maldonado mantuvo la presidencia por más de 10 años, lo que significó conservar al Colegio en decadencia y sin resultados durante su etapa, asimismo explican se ha mantenido en contubernio con el Francisco Castillo Creus con el objetivo de imponer al actual presidente del CIAM.
¿Será posible tanta perversidad? Preguntan los observadores.