El secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, encargado junto con el titular de Economía, Ildefonso Guajardo, de renegociar el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos asegura que México no va a aceptar imposiciones de nuestros vecinos, como cuotas y aranceles a la exportación de productos mexicanos a dicho país.
“Vamos a enfrentar esto con tranquilidad, con confianza, sin miedo; sabemos de la importancia que tiene Estados Unidos, pero también de la importancia de México para ese país. Sabemos que vamos a llegar a buen puerto, y queremos empezar pronto”. Ingenuamente, agregó: “El libre comercio debe seguir siendo libre comercio, que no se impongan aranceles ni cuotas…”
¿Y entonces señor canciller por qué en las exportaciones de azúcar mexicana a Estados Unidos nuestros socios nos impusieron una cuota desde hace tres años, misma que modifican a su antojo?
Para quienes desconocen el asunto, a finales del 2014 el gobierno mexicano se vio en la penosa necesidad de negociar con los Estados Unidos unos “acuerdos de suspensión”, luego que los industriales azucareros de aquel país presentaron una demanda por “dumping” y subsidios en las exportaciones de dulce de caña a dicho país, que aquellos documentaron con “pelos y señales” y obviamente ganaron.
Para que nuestros vecinos no impusieran penas económicas severas a los dueños de los ingenios azucareros mexicanos, incluyendo a los que en ese entonces administraba el Gobierno Federal a través del FEESA, las autoridades comerciales norteamericanas diseñaron un esquema mediante el cual se limitaron los envíos de azúcar a dicho mercado, se impuso un precio mínimo al cual México podría exportar; se precisaron calidades y cantidades de azúcar, y otras condiciones. Le pusieron el rimbombante nombre de “Acuerdos de Suspensión”.
secretaría de Economía y los industriales mexicanos no tuvieron más remedio que “apechugar”.
Pero a un par de años del funcionamiento de dichos acuerdos, lo azucareros mexicanos descubrieron que habían dejado algunos “agujeritos” por donde las exportaciones mexicanas les seguían haciendo daño, por lo que propusieron ooootras modificaciones, entre ellas que México exporte cada vez menos azúcar refinada ( de preferencia sólo azúcar cruda para que allá la refinen); que no comercialice directamente dicho producto en el mercado, sino a través de los refinadores de aquel país; que los medios de transporte por los cuales llegue el azúcar a Estados Unidos sean los que decidan nuestros socios, y no los que más convengan a los industriales mexicanos.
¿Y si no coopelan? Preguntan los agroyuppies. ¡Pues “cuello”!
Los especialistas afirman que la renegociación de los multicitados “Acuerdos de Suspensión” azucareros marcará la ruta de la renegociación del TLC.
Así que Videgaray puede seguir prometiendo que México no aceptará ni cuotas ni aranceles; y vendiendo falsas expectativas. Hay que ver qué piden nuestros socios comerciales en todos los sectores, y qué les da México, porque suena muy bonito que Videgaray declare que no vamos a ceder en sus condiciones, y a la hora de la verdad terminamos “entregando el tesorito”.
En 15 días, según el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, sabremos qué cambios quiere hacerle al Tratado de Libre Comercio. Y empezaremos a ver “por dónde masca la iguana”.