Suena trillado pero sabemos que una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil, esto aplica perfectamente en los negocios, en muchas ocaciones podemos darnos cuenta el gran esfuerzo que hacen algunas personas o departamentos para cumplir los objetivos, de la empresa y como por una persona o proceso el cliente no queda satisfecho.
Podemos haber ofrecido una amplia gama de productos, excelente experiencia de compra, facilidades de pago, atención de primera, entrega puntual y retrasarnos en la entrega de la factura, ese hecho puede hacer que el consumidor califique como de pésimo un servicio, pues es más recordado un punto malo que 10 buenos.
Ponernos en el lugar del cliente facilita el entendimiento de que espera un servicio perfecto, lo mismo que nosotros esperaríamos.
Cada queja, comentario o sugerencia de los clientes debe de ser escuchada, atendida y analizada para dar retroalimentación al equipo y ajustar lo que detectemos esta mal en las formas o procesos.
El pasar por alto una mala actitud, un retraso o una inspección de calidad nos puede derivar a la pérdida de uno o más clientes.
El entrenamiento y capacitación continuo ayudan a lograr un excelente servicio, la áreas o personas que tienen contacto con los clientes deben de estar receptivos a los requerimientos lo mismo las personas o áreas que atienden a los clientes internos de la organización.
El buen servicio no está peleado con el precio, es el complemento que puede llevar al éxito a tu negocio.