Para finales de siglo, la población mundial podría llegar a los 11.000 millones, lo que podría originar una presión sobre agricultores y científicos para garantizar los nutrientes que se requieren, esto ocasionará que la ciencia de los alimentos cambie para siempre la manera de comer; serán los diseñadores y expertos en marketing quienes deberán convencer a la población de que no hay nada raro en el sabor de estas comidas.
En un laboratorio en California, Estados Unidos, están tratando de hacer crecer pollo y foie gras, y esperan pronto lograr también hacer crecer un bife en una placa de laboratorio y disociada del ganado y de la agricultura; donde la carne pueda cultivarse en un ambiente de laboratorio a partir de células progenitoras como las células madre, que producen tejido muscular.
Puede que en el futuro sea necesario diseñar alimentos y no que se cultiven o se críen; están ideando hacer atún, bife, pechuga de pollo, leche y mantequilla; para fines de año, tienen planificado sacar a la venta el primer producto de carne cultivada en forma de foie gras sintético o salchichas.
Los investigadores creen que en un principio la gente sólo se interesará por la carne sintética que imite los productos que está acostumbrada a consumir; pero una vez que se acostumbren es posible que los diseñadores trabajen en conceptos más arriesgados.
Es posible que la comida sintetizada no se produzca a escala masiva como uno esperaría, porque la tecnología se democratizará y permitirá que los diseñadores a pequeña escala experimenten con productos nuevos e interesantes para un mercado de nicho, algo así como la industria de la cerveza artesanal, pero para la carne.